Legal highs: these new drugs are cheap, dangerous, and just a click away

Visualice un escenario donde es posible adquirir drogas recreativas por internet y recibirlas directamente en su domicilio. Esta realidad ya existe actualmente, y no se limita a uno o dos compuestos, sino que abarca cientos de ellos. Estas sustancias se conocen como Nuevas Sustancias Psicoactivas (NPS), y su popularidad continúa en aumento.

El Objetivo de las NPS

Estas sustancias se desarrollan con un propósito muy definido: reproducir los efectos de drogas conocidas como marihuana, cocaína, éxtasis (MDMA) o LSD, pero con estructuras químicas ligeramente modificadas que eluden la legislación vigente. Su aparente "legalidad" podría generar una falsa percepción de seguridad, pero esto dista mucho de la realidad: son compuestos poco investigados, por lo que cualquier dato sobre su seguridad es prácticamente desconocido.

Este fenómeno también presenta dificultades para su seguimiento porque las sustancias evolucionan constantemente. Cuando una es prohibida, ya existen varias listas para ocupar su lugar en el mercado.

Distintos Métodos de Adquisición

Para comprar drogas ilegales tradicionalmente se requiere contactar con un distribuidor local, lo que implica exponerse a diversos riesgos legales y personales. Existen alternativas más seguras y anónimas mediante la dark web, pero estas demandan conocimientos técnicos y manejo de criptomonedas.

Con las NPS, sin embargo, la situación es completamente diferente. Al no ser ilegales, cualquiera puede adquirirlas fácilmente en línea. El proceso es similar a comprar cualquier otro producto: solo se necesita una tarjeta de crédito y una dirección de entrega, y llegarán a su puerta mediante servicios postales convencionales. El empaque podría incluir advertencias como "no apto para consumo humano" o estar etiquetado como productos inocuos como "sales de baño".

Los Imitadores Químicos

La cocaína, las anfetaminas y el MDMA ahora enfrentan competencia de imitadores sintéticos: las catinonas sintéticas, frecuentemente denominadas "sales de baño". Estos se han convertido en los estimulantes emergentes más populares en Europa actualmente, consolidándose en el mercado.

Dentro de esta familia química, el compuesto más conocido es la mefedrona, comercializada inicialmente en 2007 como alternativa legal al MDMA. Sus efectos -euforia, mayor apreciación musical, empatía y leve excitación sexual- la hicieron popular en ambientes festivos. Sin embargo, sus efectos son menos duraderos que los del MDMA, lo que lleva a los consumidores a repetir la dosis durante una misma sesión, incrementando los riesgos asociados.

Desde su prohibición en la Unión Europea en 2010, han surgido nuevas catinonas para cubrir este nicho de mercado.

El Contexto de los Festivales Musicales

Los festivales de música son emblemáticos durante los meses de verano, y es común que los asistentes consigan -además del alcohol y tabaco habituales- pastillas o polvos que puedan intensificar la experiencia. Normalmente, estos contienen MDMA.

Desafortunadamente, los mercados no regulados como el de las drogas ilegales carecen de los controles de calidad de los medicamentos legales. Esto significa que el fraude respecto a la dosis o composición es generalizado, ya que reduce costos, intensifica efectos y evade posibles consecuencias legales.

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El Atractivo de las NPS

Esto hace que las NPS resulten muy atractivas. Son más económicas y accesibles que las drogas originales, y en muchos casos mantienen su "legalidad": características ideales para hacerlas pasar por drogas populares como el MDMA, especialmente cuando escasea el producto auténtico.

Esto ocurrió en 2024 en el Primavera Sound de Barcelona, uno de los festivales más importantes de España. Se comercializaba una pastilla rosa cuadrada como MDMA, pero al ser analizada en un puesto de Energy Control, se descubrió que contenía clefedrona, una catinona sintética que imita los efectos del MDMA. Esto significa que las personas podrían haber consumido inadvertidamente una nueva droga, con todos los riesgos sanitarios que esto implica.

El Consumo en Cifras

El consumo de estimulantes crece anualmente, al igual que su producción. Las catinonas han consolidado su posición en el mercado para satisfacer esta demanda global en aumento y cada vez más estable.

En 2022, 73 millones de personas consumieron anfetaminas, cocaína y éxtasis en todo el mundo. Esta cifra demuestra que cualquier debate sobre la eliminación de las drogas carece de sentido: el consumo de sustancias es una realidad inalterable.

Los Riesgos Más Allá de la Adicción

Cuando hablamos sobre los riesgos de las drogas, tendemos a centrarnos en la adicción, pero la realidad es mucho más amplia. Incluso si una persona no desarrolla dependencia, el consumo podría generar problemas en su salud mental y física, trabajo, estudios, relaciones personales, situación económica y muchos otros aspectos.

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Reducción de Riesgos y Políticas Públicas

La forma más segura de evitar los riesgos asociados al consumo de drogas es no consumirlas. Pero si alguien decide hacerlo, es fundamental que conozca los riesgos y disponga de la información necesaria para reducirlos. Nadie desea que una noche de diversidad termine en un hospital. La información salva vidas.

Las políticas basadas exclusivamente en la prohibición no reducen el consumo, comercio o daños asociados a las drogas. De hecho, pueden producir el efecto contrario: fomentan la creación de nuevas sustancias que sortean la ley, pero sobre las cuales conocemos muy poco. Esto incrementa los riesgos para las personas que las consumen.

Por esta razón, debemos romper el tabú y comenzar a hablar abiertamente sobre drogas. No se trata de fomentar su consumo, sino de reconocer la realidad. Debemos adoptar un enfoque basado en la prevención, reducción de daños y, cuando corresponda, la regulación de sustancias fundamentada en consensos médicos y científicos sólidos.