Día Europeo sin Coches, 21 de Septiembre de 2025

Buenos días a todos. Hoy nos reunimos para celebrar y reflexionar sobre el Día Europeo sin Coches, una iniciativa que trasciende el simple hecho de dejar el automóvil en casa para convertirse en una poderosa llamada a la conciencia colectiva.Imaginen por un momento el sonido de nuestra ciudad. Ahora, quiten el rugido constante de los motores, el claxon distante, el zumbido de neumáticos sobre el asfalto. ¿Qué queda? Emerge entonces una sinfonía olvidada: el murmullo de las conversaciones, las risas de los niños jugando, el repique de una bicicleta, el ritmo de los pasos sobre la acera. Es el sonido de la vida reclaimando su espacio.Este día no es una prohibición, sino una liberación. Es la oportunidad de redescubrir nuestras calles no como meros canales de tráfico, sino como el corazón palpitante de nuestra comunidad, como el lugar donde ocurren los encuentros fortuitos, donde los comercios locales respiran y donde los vecinos se saludan sin la barrera de un parabrisas. Es un ejercicio de imaginación para visualizar cómo podrían ser nuestras urbes si priorizáramos a las personas sobre los vehículos.El desafío que se nos plantea es profundo. Nos invita a cuestionar nuestra dependencia del automóvil, a explorar alternativas que a menudo son más rápidas, más saludables y sin duda más sostenibles. La bicicleta, el transporte público, el simple acto de caminar. Cada elección cuenta. Cada trayecto que hacemos sin el coche es un voto a favor de un aire más limpio, de una contaminación acústica reducida, de una menor emisión de gases que afectan a nuestro planeta.Pensemos en los niños. Este día es especialmente para ellos. Por una vez, pueden jugar con mayor seguridad, inhalar un aire menos viciado y aprender con nuestro ejemplo que existen otras formas de moverse, más respetuosas con el entorno que heredarán. Es un regalo de salud y de enseñanza.Pero el verdadero objetivo de esta jornada no es que dure veinticuatro horas, sino que siembre una semilla de cambio permanente. Que nos demos cuenta de que quizás no necesitamos el coche para todos los desplazamientos. Que tal vez, ese trayecto al trabajo se puede hacer en autobús, disfrutando de un libro. Que el fin de semana, ir en bici al mercado puede ser un placer y no un sacrificio.Hoy, las calles están más quietas, pero la ciudad está más viva que nunca. Hoy respiramos mejor, escuchamos mejor, nos conectamos mejor. Hoy recordamos que el progreso no siempre significa ir más rápido en un vehículo privado, sino avanzar juntos como comunidad hacia un futuro más habitable, más humano y más verde.Aprovechemos esta pausa forzada para reconectar con el ritmo natural de la vida. Disfrutemos del silencio, de la calma y de la libertad que encontramos cuando dejamos atrás el volante. Porque un día sin coches es un paso pequeño para cada uno de nosotros, pero un gran salto hacia la ciudad que soñamos.