Algunas cosas de la vida y de la empresa que aprendí mientras jugaba: ajedrez

 

 

 

Espero a mi contrincante con mucha actitud, he planeado los detalles bastante a fondo: llevo un libro de aperturas con pinta de muy usado bajo el brazo, la posición erguida, la cara seria. El sorteo de la nueva ronda de partidas ha sido hace pocos minutos y en las mesas con los tableros y los relojes dispuestos empiezan a sentarse las parejas cruzadas. Algunos se saludan, otros no. El ambiente es agradable, pero está cargado de tensión. Esta es mi segunda partida de mi segundo torneo, en la anterior he hecho tablas con el maestro Yan.

Aquí llega mi oponente. Me adelanto y extiendo la mano en un gesto deportivo pero que deja claro que llevo la iniciativa. Durante unos segundos nos mantenemos en silencio, midiéndonos con las miradas. Con un gesto ensayado pongo mi “libro-de-aperturas-maestras-usado” en la mesa para que lo vea y entonces espero a que se siente para poder mirarle desde arriba. Saltan chispas, va a ser un encuentro feroz, pero tengo mucha fé en mis posibilidades.

 

Es 24 de octubre y tengo 33 años. Mi oponente debe tener como mucho nueve.

Me da jaque mate en doce minutos y le sobran muchos.

-“Deberías haberme dado la partida cuando te comí esa torre”, me dice amablemente, “hubieramos acabado hace diez minutos”.

“Deberías haberme dado la partida cuando te comí esa torre”

“hubieramos acabado hace diez minutos”.

- “Quería ver como continuabas; no tenía nada más que hacer” -es mi contestación orgullosa.

- “Quería ver como continuabas; no tenía nada más que hacer”

- “Ya lo creo que tenías: dedicar tiempo a estudiar ese libro que has traído”.

- “Ya lo creo que tenías: dedicar tiempo a estudiar ese libro que has traído”.

Imagino que le pego con el reloj en la cabeza, pero como sé que no debo hacerlo, me apunto lo que ha pasado como una lección, para que me valga para algo.

La mayoría de las cosas que sé del mundo empresarial las he aprendido como casi todos: con las experiencias de lo que he hecho o lo que me ha pasado mientras imaginaba, construía o gestionaba un negocio. Prueba-error, casualidad o interacción. Otras, también como a todo el mundo, me llegaron por otros lados y muchas, en mi caso, las he aprendido simplemente jugando.

Del World of Warcraft al ajedrez, del Lord of Destruction al Texas Hold´em, o del Sim City a “la Pocha”. Me paso la vida entre consolas, ordenadores personales, barajas o tableros… Lo reconozco, le dedico bastante tiempo a los juegos. A veces sólo los pruebo y otras me engancho como un yonki. En algunos soy bueno y en otros doy pena. ¿No es empezar una compañía una especie de juego? ¿No lo son muchas cosas en la vida?

World of Warcraft

Lord of Destruction

 

Sim City

“la Pocha”

Mi carrera de ajedrecista fue un desastre y casi me vuelve loco y, aunque estudié y jugué mucho durante un tiempo, no llegué nada lejos. La relación esfuerzo/resultado en victorias fue muy deficiente, aunque no así en anécdotas… Y, tal vez porque tengo facilidad de sacar conclusiones de cualquier cosa, de esos dos años guardo una serie de conceptos que me acompañan a la hora de plantearme algunas cosas, ya sea en los negocios o en cuestiones generales de mi vida. Trato de encontrar mensajes ocultos en cualquier sitio y el ajedrez me dejó unos cuantos.

Me gustaría contaros algunas de estas ideas. Tal vez alguna pueda serviros para algo.

1. Entender la posición

Uno de los profesores que teníamos el maestro Yan y yo era un tio genial. Jugábamos en un café después de las clases. Los dos contra él.

“¡Muy buena jugada!”, decía siempre. “¡Qué gran idea de continuación!”. Nuestro profesor había sido un gran jugador y su ELO debería superar los 2000. La verdad es que sus apreciaciones te hacían sentir mejor que bien.

“¡Muy buena jugada!”,

“¡Qué gran idea de continuación!”.

Luego venía un cambio de gesto y una frase del tipo:

“Mmm…, lástima que no hayas visto que si muevo mi peón aquí te obligo a mover tu dama a aquí, y entonces yo salto con el caballo a esta posición y doy doble jaque a tu rey y a tu torre…. “. O, “lástima que no hayas visto que hago esto y esto y esto y entonces: jaque mate”.

“Mmm…, lástima que no hayas visto que si muevo mi peón aquí te obligo a mover tu dama a aquí, y entonces yo salto con el caballo a esta posición y doy doble jaque a tu rey y a tu torre…. “. O, “lástima que no hayas visto que hago esto y esto y esto y entonces: jaque mate”.

De él aprendí este concepto: “entender la posición”.

No puedes moverte, no debes moverte, antes de entender cómo están situadas las piezas en el tablero. Las tuyas y las del otro. Entender la posición: dónde estás situado tú, dónde está tu empresa, dónde está el mercado, tus piezas, la gente con la que trabajas, tus proveedores, tus debilidades y tus fortalezas. Muchas más variables que en el ajedrez, pero hay que tratar de mirar desde arriba y entender qué es exactamente lo que esta pasando. Date un tiempo. Aquí el reloj funciona diferente que en una partida de ajedrez. Hagas lo que hagas, antes de mover lo primero es “entender la posición”. Aprender a programar con ejemplos

2. Más vale una mala estrategia que ninguna estrategia

De esta frase no hay mucho que decir porque se explica sola. En ajedrez actuar sin ton ni son no conduce a nada bueno y en la vida menos. Si no sabes dónde ir párate y decide un sitio. Por la razón que sea, la que más te guste, aunque no sea una gran razón, pero busca una. He visto equipos de gente muy capaz no llegar a ninguna parte, y a gente con menos “talento” avanzar bastante bien con una estrategia con más de una fisura. Cuando veas que los movimientos que haces son aleatorios, piensa en esto.

 

3. Para empezar algo bien, hay que saber empezar algo bien: estudia las aperturas

Obvio, cuanta más experiencia tienes haciendo algo, más fácilmente te sale. Si además eres de los que les gusta aprender, podrás empezar cualquier proyecto vital con mejores posibilidades que otro. Recuerda que hay mucho más, en la empresa y en la vida, que simplemente “empezar” (en el ajedrez esta el “medio juego” y los “finales”) pero “empezar bien” es muy importante. Yo no he ido a ninguna escuela de negocios, pero me han salido mal tantos que es como si hubiera suspendido diez veces el IESE. Con una vez que hubiera ido a un MBA hubiera aprendido un montón. Un master, o libros, o blogs, o conferencias, o escuchar a los que tienen experiencia, cualquier opción vale. La mía es mas cara, pero aprender, aprendes.

4. No es necesario que te coman todas las piezas para saber que ha llegado el momento de empezar otra partida

Esto me lo enseño con dolor el crío-monstruo ese que me machacó. Sin ser de los que se rinden, aprende a poder dejar un proyecto vital y a empezar otro siempre que entiendas que, hagas lo que hagas, tu partida está perdida.

5. Los tiempos son importantes, lleva la iniciativa

Es lo de empezar con blancas… Sin ser definitivo suma mucho, y puede ser un ingrediente fundamental de tu éxito. Al menos en el ajedrez lo es. La iniciativa es importante. No sabría bien cómo explicar de qué forma aplicar la ventaja de la iniciativa en el mundo real o de la empresa, pero, ya sea en una negociación, en una presentación, en el planteamiento de una campaña, o en el desarrollo de un producto, busca la manera de llevar la inicativa, sobre el mercado, sobre otro negociador, sobre un cliente, sobre un competidor o un proveedor.

6. No confíes tu futuro al error del contrario o, mejor dicho, no confíes en tu suerte

El poeta chileno Pablo Neruda decía: Nunca pienses en la suerte porque la suerte es el pretexto de los fracasados. Una manera genial de perder una partida es arriesgarse a hacer algo pensando en que tu contrincante puede meter la pata. La suerte no es una variable que debes contemplar. A veces las cosas te pasan porque sí, ni siquiera sabes cómo… El éxito de algo te llega por sorpresa. Si eso pasa, alégrate, pero no empieces algo pensando en que además vas a tener suerte. Yo admito que tengo mucha: he nacido en un país rico, he tenido educación y salud… Con eso debería bastar pues ya es más de lo que tienen la mayoría de las personas del mundo. En general, mas allá de esto, a todos nos tocan a veces cartas buenas y a veces cartas malas. Es tu actitud la que te hará que siempre parezca que te salen las cosas de cara. Acéptalo así: a veces va bien y a veces no. Simplemente plantéate las cosas como si no hubiera suerte.

Seguro que se pueden sacar mas que estas seis conclusiones, tengo alguna mas que ya la colgaré, mientras, si escuchas a alguien decir “el ajedrez es como la vida” piensa que, aunque es posible que el Monopoly se parezca todavía más, no va desacertado del todo.

Foto: nestor galina

nestor galina

3

7

5

Algunas cosas de la vida y de la empresa que aprendí mientras jugaba: ajedrez

Algunas cosas de la vida y de la empresa que aprendí mientras jugaba: ajedrez

Espero a mi contrincante con mucha actitud, he planeado los detalles bastante a fondo: llevo un libro de aperturas con pinta de muy usado bajo el brazo, la pos

comodibujar

es

https://imagenestop.net/static/images/comodibujar-algunas-cosas-de-la-vida-y-de-la-empresa-que-aprendi-mientras-jugaba-ajedrez-14744-0.jpg

2024-12-31

 

Algunas cosas de la vida y de la empresa que aprendí mientras jugaba: ajedrez
Algunas cosas de la vida y de la empresa que aprendí mientras jugaba: ajedrez

Si crees que alguno de los contenidos (texto, imagenes o multimedia) en esta página infringe tus derechos relativos a propiedad intelectual, marcas registradas o cualquier otro de tus derechos, por favor ponte en contacto con nosotros en el mail [email protected] y retiraremos este contenido inmediatamente