21 de Septiembre de 2025, Día Mundial de la Narcolepsia

Hoy conmemoramos el Día Mundial de la Narcolepsia, una fecha para alzar la voz por quienes viven con esta condición invisible, a menudo incomprendida. La narcolepsia es mucho más que solo quedarse dormido de repente. Es un trastorno neurológico complejo que afecta la regulación del sueño y la vigilia. Imagina por un momento que tu cerebro no tiene un interruptor claro entre estar despierto y estar dormido. Imagina que la frontera entre la realidad y los sueños se difumina sin aviso.Para una persona con narcolepsia, cada día es un acto de equilibrio. La somnolencia diurna excesiva es una carga constante, un peso pesado que arrastran a todas partes. No es simple cansancio; es una necesidad abrumadora e incontrolable de dormir que puede aparecer en cualquier momento: durante una conversación, en el trabajo, o incluso manejando un auto. Estos episodios, llamados ataques de sueño, no son elección. Son una característica implacable de su realidad.Pero la narcolepsia se manifiesta de otras formas profundas y a veces aterradoras. Está la cataplejía, una pérdida súbita del tono muscular que puede hacer colapsar el cuerpo. Es desencadenada por emociones intensas, una risa genuina, una sorpresa, un momento de emoción. Imagina que la felicidad te derriba literalmente. Imagina tener miedo de reírte con toda tu alma.Luego están las alucinaciones hipnagógicas, imágenes vívidas y perturbadoras en el tránsito hacia el sueño, y las parálisis del sueño, esa terrorífica incapacidad para moverse o hablar al quedarse dormido o al despertar. Quedarse atrapado en el limbo entre dos mundos, completamente consciente pero prisionero del propio cuerpo.Vivir con narcolepsia es enfrentarse a la incomprensión social. A menudo se les tacha de perezosos, de faltos de voluntad o de desinteresados. Sufren el estigma de una sociedad que valora la productividad constante y malinterpreta su necesidad de dormir como una falta de carácter. Este aislamiento puede ser tan debilitante como los síntomas mismos.Por eso hoy, en este día, debemos hacer más que solo recordar. Debemos escuchar. Debemos educarnos. Debemos empatizar. Debemos romper el estigma que rodea a los trastornos del sueño y reconocer la valentía que supone levantarse cada mañana para enfrentar un mundo que no está diseñado para tu condición.Honremos la fortaleza de quienes navegan esta realidad. Apoyemos la investigación científica que busca respuestas y mejores tratamientos. Extendamos nuestra compasión y comprensión. Que este día sirva para recordarnos que detrás de cada bostezo inoportuno, detrás de cada momento de ausencia, hay una persona luchando una batalla silenciosa con su propio cerebro. Una persona que merece nuestro respeto, nuestro apoyo y nuestra voz para ayudar a contar su historia.