Redondas y con un olor tan característico como apetitoso; con o sin el borde crujiente (en función de los gustos de cada uno), base de tomate y queso. La protagonista de hoy es la pizza, aunque, eso sí, esta vez lleva un ingrediente especial: una escafandra.
Ese alimento que convierte el ruido de la motocicleta de un repartidor en un sonido celestial, el mismo que una vez fue utilizado para introducir las máquinas recreativas en el corazón de los más pequeños y que ha dado lugar a una de las colecciones más originales del mundo, tiene un intenso historial lejos de su Nápoles natal: desde el año 2001, la pizza sabe lo que es salir de la órbita terrestre y viajar al espacio.
introducir las máquinas recreativas en el corazón de los más pequeños
una de las colecciones más originales del mundo,
Fue ese año cuando, por primera vez, los astronautas pudieron disfrutar de una pizza en el espacio. Aunque probablemente eso de “disfrutar” es mucho decir, ya que, tal y como cuenta Vickie Kloeris, responsable de la comida espacial en el Centro Espacial Johnson de la NASA, “la pizza en el espacio no satisface las expectativas de nadie”.
tal y como cuenta Vickie Kloeris
A pesar de ello, en 2001, Pizza Hut fue la compañía que realizó la primera entrega de una pizza en el espacio. Tras casi un año de investigación, la cadena de restaurantes norteamericana llevó hasta la Estación Espacial Internacional una pizza con salami para el astronauta ruso Yury Usachev, con algunas características especiales: llegó envasada al vacío y era lo suficientemente pequeña como para meterla en el horno de la Estación Espacial.
realizó la primera entrega de una pizza en el espacio
Esta jugada de marketing la llevó a cabo Pizza Hut en colaboración con la agencia espacial rusa, y es que la NASA no creía por entonces en la posibilidad de llevar pizza hasta el espacio por una razón de peso: “no se puede conseguir una corteza crujiente, siempre está empapada o húmeda”, afirma Kloeris.
¿Una pizzería en la Luna?
Siguiendo con el marketing de las grandes empresas dedicadas a la venta del exquisito y redondo plato italiano, en el mismo año en el que Pizza Hut realizaba el pedido más espacial de la historia, Domino’s Pizza anunciaba su intención de abrir uno de sus restaurantes en la Luna. ¿Cuándo?¿Para qué? ¿Para quién? Los responsables de la cadena – que estimaban que los costes del proyecto lunar ascenderían a más de quince mil millones de euros- esperaban en aquel lejano inicio del siglo XXI que el satélite estuviera habitado en el futuro, cosa que a día de hoy no parece estar precisamente a la vuelta de la esquina.
Domino’s Pizza anunciaba su intención de abrir uno de sus restaurantes en la Luna
Y es que el marketing y eso de lanzar pizzas parecen ir tan cogidos de la mano como la mozzarella y la leche de búfala. ¿Recuerdas el salto de Felix Baumgartner? Pues solo un mes antes del récord logrado por el austriaco junto a Red Bull – más marketing, claro -, una cadena de pizzerías lituana decidió celebrar su decimoquinto aniversario llevando al espacio una de sus pizzas con un globo y acompañada de una cámara que grabó su viaje estratosférico y un GPS que permitió encontrar la pizza tras su llegada a la superficie terrestre.
llevando al espacio una de sus pizzas
Un año más tarde, una banda punk llamada Anamanaguchi repitió la jugada: para promocionar su nuevo disco, envió al espacio un trozo de pizza neoyorquina, grabando el resultado:
Hasta que por fin, en mayo del pasado año, la NASA logró el ansiado combo pizzero espacial: que la especialidad culinaria italiana sea útil para los astronautas allende las fronteras de la Tierra. Lo logró, cómo si no, gracias a la impresión 3D de alimentos.
gracias a la impresión 3D de alimentos
Semejante hazaña la llevó a cabo el ingeniero Anjan Contractor, que consiguió una beca de la NASA por valor de unos 92.000 euros para desarrollar un prototipo de impresora que los astronautas pudieran usar en un futuro no muy lejano para crear sus propias pizzas en 3D.
consiguió una beca de la NASA por valor de unos 92.000 euros
Como se puede observar en el siguiente vídeo, la impresión de la pizza espacial consiste en varias capas (primero la masa, luego el tomate y el queso) en las que van incluidas las proteínas, grasas y, en principio, el sabor de una auténtica pizza. Eso sí, te advertimos que no encontrarás la típica circunferencia en ese alimento innovador. Claro que, si por fin una pizza espacial sirve para algo más que una campaña de marketing, ¿qué más da la forma que tenga?
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2001: odisea en la pizzería del espacio
Redondas y con un olor tan característico como apetitoso; con o sin el borde crujiente (en función de los gustos de cada uno), base de tomate y queso. La pro
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2025-01-09
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