El post de esta semana, que a muchos pillará de vacaciones, lo escribo desde el campo. Se me ha ocurrido dedicárselo al genial Leopoldo Abadía, que escribe un blog imprescindible cada viernes en El Confindencial titulado “Desde San Quirico” , y yo emulándolo lo he titulado “Desde Los Pradillos”. El marketing y la macroeconomía están muy bien, pero la expereriencia y la integración con la realidad enseñan mucho. Veréis.
El primer día que fui a la compra al pueblo todos lo vecinos lo supieron porque desde donde estuvieran, me vieron bajar las bolsas del coche. Después de comer, volví a bajar al pueblo en coche, y a mi regreso una de las paisanas se acercó a preguntarme. Porque en el campo, cuando quieres saber algo no lo miras en Google, se lo preguntas directamente al susodicho, y si no es posible, al otro vecino por si él lo sabe. Claro, que a veces no hace falta ni preguntar, porque en la red social que se monta en la plaza, ya habrá quien te cuente si te has enterado de lo que ha hecho fulanito. Pero me despisto, pues lo que quería contar era otra cosa. Como digo, a mi regreso se acercaron a preguntarme:
-Oye mira, perdona que te pregunte, ¿pero tú no vas a la compra con las cosas apuntadas? La pregunta me sorprendió tanto que no sabía por dónde iba la señora. Cuando le respondí que si, me lo aclaró. -¿Entonces cómo vas dos veces al pueblo? (Hay que recordar que el pueblo está a dos kilómetros, que es menos que una calle normal de Madrid. Lo entendí y le respondí nuevamente: -Ah! No, si esta tarde he ido a tomar café solamente. La buena mujer volvió a torcer la boca para preguntar: -¿Y cómo? ¿No tienes en casa?
-Oye mira, perdona que te pregunte, ¿pero tú no vas a la compra con las cosas apuntadas? La pregunta me sorprendió tanto que no sabía por dónde iba la señora. Cuando le respondí que si, me lo aclaró. -¿Entonces cómo vas dos veces al pueblo? (Hay que recordar que el pueblo está a dos kilómetros, que es menos que una calle normal de Madrid. Lo entendí y le respondí nuevamente: -Ah! No, si esta tarde he ido a tomar café solamente. La buena mujer volvió a torcer la boca para preguntar: -¿Y cómo? ¿No tienes en casa?
Es otro mundo. Por eso mismo en el pueblo el café no cuesta más de un euro y está muy cargado. Si cobras más no vienen, y si es como el de casa, menos. Salvo que el café tenga una función social tan importante como la de servir de acompañamiento a esa partida de dominó que se juega cada domingo por la tarde, a falta de cine.
La vida en los pueblos de montaña sí que necesita urgentemente una Ley de Economía Sostenible, y no las compañías discográficas . Aquí había una economía que se sostenía sola, y que no encuentra practicamente ningún apoyo, y sí muchas barreras en forma de directivas europeas, impuestos, tasas, normativas y demás inventos que parecen perseguir en realidad el sostenimiento de la economía que no funciona.
y no las compañías discográficas
Ahora mi vecina está deprimida. Tenía unas vacas y las ha tenido que vender, porque no le compensa el gasto y los impuestos. Son muy pocas para considerarlo una explotación ganadera, y no puede tener más porque el gobierno les ha impuesto unas cuotas muy restrictivas, y las grandes corporaciones se quedan con ellas. Para ella es algo muy triste, pues no sólo le quita ocupación durante el día, si no que ya no podrá tener leche, mantequilla, queso y carne propia. Tampoco podrá vendérsela a sus vecinos. La mayor parte de las veces ni la vendía, si no que la cambiaba por las verduras de la huerta del otro paisano, o los huevos de otra. Ahora tendrán que ir al pueblo a comprar de todo.
Perderá su forma de vida, su economía, su sustento, para sostener la forma de vida del siglo XXI. La que contamina, la que genera desigualdades y la que acaba provocando crisis. Desde aquí, creo ver que la verdadera economía sostenible, es la tradicional. Os cuento.
Residuos y reciclado. Uno de los caballos de batalla de la supuesta economía sostenible es el reciclado de los residuos. En mi casa de Madrid hay un portero que baja a diario la bolsa de restos orgánicos, mientras que el resto de materiales, cubo amarillo, verde y azul hay que bajarlos cada uno al cubo comunitario de la calle. No sé cómo lo hago que siempre tengo bolsas acumuladas y hay que hacer varios viajes. Aquí en Los Pradillos yambién hay cubos de esos. Pero no se si han venido alguna vez a vaciarlos.
- Los residuos orgánicos los aprovechan los animales de compañía, y los que te hacen compañía pero son salvajes y libres. Lo que no se come el perro, lo come el caballo, el mulo, la vaca, el cerdo o la gallina. Y si ninguno lo quiere, que ya es extraño, queda el ratón, la cigüeña, el azor, las lagartijas, los escarabajos…
- El papel es un material que no se tira, si no que tira, pues sirve para “que tire” la lumbre al encenderla. Los cartones, lo mismo.
- El vidrio no tendría que tirarse si no hubiera inventando algún civilizado el envase no retornable, que te obliga a tirarlo. De pequeño bajaba a comprar cerveza y gaseosa llevando los cascos vacíos y así pagaba sólo por el contenido. No hacían falta plantas de reciclado, se reciclaban de cada vez. Y tampoco hacía falta consumir energía en orígen para fabricarlos, y otra vez para destruirlos, y otra vez para fabricarlos.Un aprovechamiento de los recursos que no me cuadra.
Los residuos orgánicos los aprovechan los animales de compañía, y los que te hacen compañía pero son salvajes y libres. Lo que no se come el perro, lo come el caballo, el mulo, la vaca, el cerdo o la gallina. Y si ninguno lo quiere, que ya es extraño, queda el ratón, la cigüeña, el azor, las lagartijas, los escarabajos…
El papel es un material que no se tira, si no que tira, pues sirve para “que tire” la lumbre al encenderla. Los cartones, lo mismo.
El vidrio no tendría que tirarse si no hubiera inventando algún civilizado el envase no retornable, que te obliga a tirarlo. De pequeño bajaba a comprar cerveza y gaseosa llevando los cascos vacíos y así pagaba sólo por el contenido. No hacían falta plantas de reciclado, se reciclaban de cada vez. Y tampoco hacía falta consumir energía en orígen para fabricarlos, y otra vez para destruirlos, y otra vez para fabricarlos.Un aprovechamiento de los recursos que no me cuadra.
Aquí ya os digo. El vidrio, si es bueno y tiene tapa, se utiliza sin tirar. Se guardan alimentos para preservarlos de la humedad y los bichos, como el azúcar, el café, la sopa, las legumbres…esas que vienen en plástico pero están mejor al vacío con tapa. También se guardan conservas caseras, con lo que además hay muchas cosa que no se tiran cuando se pasan de fecha. Frutas, verduras, carnes y pescados. Tirar un frasco de aceitunas significa tener que gastarse en un frasco después para guardar la mermelada. Así que sólo el maldito plástico hay que tirar en algún sitio. Actualidad y noticias
La energía. sólo las casa modernas tienen calefacción de gasoil, y las demás como mucho algún radiador eléctrico. Aquí la energía habitual es la leña. Todas las casa cuentan con una cocina calefactora de hierro fundido, permanentemente encendida dando calor a esa estancia, que es la más grande y la única que se usa. Los dormitorios son para dormir, al final de la jornada. Y se calientan con una bolsa de agua caliente o un ladrillo refractario. Podéis considerarlo un atraso, sin duda. Pero yo creo que es la energía más sostenible. Ya que está encendida, lo normal es tener un puchero y una cafetera encima. No será una Nesspreso, pero tienes café caliente todo el día, y por la noche, un guiso cocinado a fuego lento que no puede saber mal lo mires como lo mires. El fuego encendido tiene además la utilidad de quemar los pequeños desperdicios como papelitos o cáscaras. Así que menos reciclado.
Habrá algún urbanita que piense que eso de la combustión no debe ser muy ecológico. Bueno, no he investigado el aporte de CO2 a la atmósfera, pero tengo otro dato. La leña que se usa proviene de un monte público. El guadabosques, elige los árboles que están en mal estado, que necesitan poda, o que pueden representar riesgo de incendios en verano. Los marca y los adjudica a los vecinos. Esto se llama “entresaca”. Así que los vecinos van después y ellos mismos cortan la leña y la bajan al pueblo. Los vecinos ahorran en energía. El Estado ahorra en mantenimiento del bosque, y la naturaleza ahorra riesgos y se mantiene mejor.
La alternativa puede verse al fondo, en lo alto de la montaña. Son unos nuevos molinos eólicos. Lo que más me llama la atención es que en algunos muros de la carretera hay pintadas contra la instalación de molinos, porque “contaminan el paisaje”. Hombre, bonitos no se si quedan, pero ya Don Quijote los veía como gigantes, así que tan moderna no es la idea. La cuestión es que quienes protestan por los molinos, supongo que son ecologistas. Supongo entonces que serán los mismos que quieren el cierre de la central nuclear que hay en la zona. Tampoco les gusta la construcción de pantanos porque destrozan entornos, y por supuesto, de plantas incineradoras o de gas, ni hablar. ¿Los ecologistas son de ciudad o viven aquí? Porque algo habrá que hacer para ver la tele y usar el ordenador, ya que con leña, no se puede.
Las comunicaciones. Si, la información, la cultura y las comunicaciones son el punto fuerte de esta supuesta ley de economía sostenible de la que hablábamos. Aquí ya os he contado que si quieres saber algo, ni facebook, ni Google. Te acercas a su casa y le preguntas. Para la información de más lejos, está el periódico local. Una gran institución desde siempre, con más audiencia acumulada que los periódicos nacionales. Y eso es debido a que nadie está suscrito, pero los bares, el banco, el médico y el ayuntamiento si. Y todo el que pasa por uno de esos lugares, lo lee gratis. Como el gratis total de internet que tanto les asusta. En planificación publicitaria sabemos que cada ejemplar puede tener cinco o seis lectores de media, frente a los dos o tres de uno en Madrid. Tal vez por eso ningún periódico local tiene una gran audiencia en la versión digital, porque en los pueblos se sigue leyendo el papel. Sólo los emigrados lo consultan desde otros lugares de residencia.
Lo que si que es importante, y con el apagón analógico está de máxima actualidad, es la tele. Muchas zonas rurales no han visto nunca todas las cadenas privadas en analógico, e incluso la 2 carecía de cobertura total. Así que el “parte de la 1” sigue siendo lo que más se ve, y cambie el gobierno que cambie, para los de aquí, si lo dice la 1 es verdad.
La Ley de Economía Sotenible, curiosamente, sólo la conocemos como método de proteger un sector cultural de internet. Lo hace prohibiendo, que es lo que se estila en España. Es más fácil impedir a alguien hacer algo, que fomentar que otros hagan cosas mejores, o formar a la sociedad.
Quiero ligar esta ley con otra anterior que pretende dotar de ordenadores portátiles a todos los escolares rurales. Mira, ambas cosas me parecen bien. Aquí en Los Pradillos, que ya digo tienen de todo lo que necesitan para vivir sostenidos, lo único que les vendría bien sería poder ver la tele en internet, o bajárse archivos legales como un bendito, o hacer las gestiones administrativas sin tener que coger el coche o el tren. Pero cuando el chaval llegue a su casa con el portátil, resultará que no tiene internet. Y si lo tiene, será móvil. Y si es móvil, con suerte, a 2G, con lo que muchas páginas ni las verá.
Y digo yo, ahora que estoy a punto de cambiar mi traje por el pantalón de pana, ¿No sería mejor que el estado promoviese una infraestructura de comunicaciones correcta, antes de regalar los ordenadores? Porque claro, eso, desaparecido el monopolio de Telefónica, es cuestión de mercado y de la competencia de los operadores privados. Pero a los operadores, puede no interesarles invertir en una antena donde sólo hay quince habitantes. Así, que si quieren sostener el entorno más sostenible, lo que deberían hacer es llevarles la parte de civilización que necesitan. Esa sí sería una medida buena para todos. Lo curioso, es que mientras el estado no cubre esas carencias, si le impone un canon a las operadoras para financiar las televisiones. Curiosa elección de lo que debe ser sostenible y sostenido.
¿Qué economía es la que pretenden sostener entonces? Las pobres vacas de mi vecina comían gratis en los prados, que se riegan solos. Ahora no les servirán de nada, como no sean para que uno de esos políticos que impide que tenga cuatro vacas, recalifique los prados y los venda para construir chalets. Que digo yo que a lo mejor es lo que se quiere sostener, el ladrillo a toda costa. A toda costa y a todo monte.
La economía sostenible desde los pradillos
El post de esta semana, que a muchos pillará de vacaciones, lo escribo desde el campo. Se me ha ocurrido dedicárselo al genial Leopoldo Abadía, que escribe
comodibujar
es
https://imagenestop.net/static/images/comodibujar-la-economia-sostenible-desde-los-pradillos-15902-0.jpg
2025-01-18

Si crees que alguno de los contenidos (texto, imagenes o multimedia) en esta página infringe tus derechos relativos a propiedad intelectual, marcas registradas o cualquier otro de tus derechos, por favor ponte en contacto con nosotros en el mail [email protected] y retiraremos este contenido inmediatamente