22 de Septiembre de 2025, Día Internacional Contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas

Hoy alzamos la voz. Hoy recordamos. Hoy nos unimos en un grito silencioso que resuena en cada rincón del planeta. Un grito contra una de las violaciones más brutales de los derechos humanos: la explotación sexual y la trata de personas.Este día no es solo una fecha en el calendario. Es una herida abierta, una memoria activa que nos obliga a mirar de frente una realidad que duele. La trata de personas es la esclavitud del siglo XXI. Es un negocio oscuro y lucrativo que mercantiliza la vida, que convierte a seres humanos en objetos, en moneda de cambio. Arranca a personas de sus hogares, de sus sueños, de su dignidad, para someterlas a una existencia de horror y vejación.Pensemos por un momento en esas vidas. En la joven a la que le prometieron un trabajo lejos de casa y terminó encerrada en un burdel. En el niño o la niña cuya inocencia fue robada para satisfacer los deseos más abyectos. En el hombre y la mujer que, buscando una oportunidad para su familia, cayeron en las redes de la explotación laboral. No son números. Son historias. Son nombres. Son personas con sueños rotos, con familias que los esperan, con un dolor que no podemos ni imaginar.La explotación sexual es la forma más extrema de esta violencia. Es la negación absoluta de la libertad y la autonomía de una persona, mayoritariamente mujeres y niñas. Es un delito que se alimenta de la desigualdad, de la pobreza, de la vulnerabilidad y de una demanda que no cesa. Mientras existan personas dispuestas a comprar el cuerpo de otra, este crimen seguirá existiendo. Por eso nuestra lucha debe ser doble: proteger a las víctimas y perseguir sin tregua a los explotadores, a las redes criminales y a todos aquellos que se benefician de este sufrimiento.Pero hoy también es un día para la esperanza. Para reconocer la valentía infinita de los supervivientes. Esos hombres y mujeres que han logrado escapar de las tinieblas y que, con una fuerza admirable, reconstruyen sus vidas. Su testimonio es nuestra arma más poderosa. Su resiliencia es un faro que nos guía.Hoy honramos la labor incansable de las organizaciones, los activistas, los policías, los trabajadores sociales y todas aquellas personas que dedican su vida a rescatar, a proteger y a sanar. Ellos son la luz en la oscuridad, la mano tendida en el abismo.¿Qué podemos hacer nosotros? No podemos mirar hacia otro lado. La indiferencia es cómplice. Podemos informarnos, podemos educar a nuestros hijos e hijas en el respeto y la igualdad, podemos ser consumidores responsables, podemos apoyar a las organizaciones que luchan en primera línea. Y sobre todo, podemos alzar la voz. Denunciar las situaciones sospechosas, exigir a nuestros gobiernos leyes más duras y recursos suficientes para la prevención y la protección.Este Día Internacional Contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas es un recordatorio urgente. Un llamado a la acción. Un compromiso con la vida y la dignidad. No bajemos los brazos. No cerremos los ojos. Sigamos luchando hasta que la libertad sea más fuerte que las cadenas. Hasta que ningún ser humano sea comprado o vendido. Hasta que la dignidad de cada persona sea inviolable.