Un prototipo vale más que mil palabras

 

 

 

Una emprendedora ha patentado un pequeño electrodoméstico sostenible que permite transformar el aceite usado de cocina en jabón biodegradable evitando la contaminación del agua al verter el producto contaminante por el fregadero de la cocina.

Lo más curioso es que la Fábrica de jabón, como ha denominado la diseñadora a su electrodoméstico, es hasta la fecha, un prototipo que forma parte del programa de la Incubadora Valenciana de Empresas Sociales, Socialnest.

Socialnest

 

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El uso de prototipos no es nuevo, pero ante la necesidad de agilizar los lanzamientos al mercado y la limitación de recursos, las empresas cada vez más hacen empleo de esta técnica en sus procesos de innovación. Y si hay alguien que, por lo general, tiene limitados recursos es precisamente los emprendedores. Por ello, recomiendo encarecidamente su uso.

Un prototipo puede ir desde una réplica en cartón a una versión beta de un producto digital. Aquí la finalidad es la de “fallar rápido y a menudo, pero fallar barato”. Es mejor equivocarse y dar marcha atrás cuando nuestro producto está aún en fase de pruebas, que no cuando ya está en el mercado.

Prototipar tiene más ventajas. Es un proceso fidedigno: la información que recibimos del usuario no depende de lo que dice, sino de lo que hace. Se trata de una información “no declarativa”, porque no aplica el hecho de que “la gente dice una cosa, pero hace otra”. Al observar cómo una persona usa nuestro prototipo, vemos lo que hace. No hay trampa ni cartón (o al menos, si lo hay, sólo el cartón del prototipo).

Además, nos permite tangibilizar nuestras ideas y facilitar su “venta” y comunicación a inversores y socios. Es una buena manera de mostrar físicamente el producto o servicio que estamos desarrollando a los que toman decisiones. Se trata de un gran acompañamiento a nuestro elevator pitch y nuestro plan de negocio. Una imagen (o un artefacto) vale más que mil palabras.

“Quick and Dirty Prototyping”

Visuales, sí, pero no necesariamente bonitos. Un prototipo responde a la máxima de “baja fidelidad”. Es, como su nombre indica, algo imperfecto e incompleto, e incluso falto de atractivo. Puede ir de lo más simple, a lo más complejo (una complejidad relativa, dentro de los límites de la sencillez). Esto es lo que se conoce como “Quick and Dirty Prototyping”.

Dentro de las formas de prototipado más sencillas nos encontramos el storyboard (un conjunto de ilustraciones mostradas en secuencia con el objetivo de servir de guía para entender una historia), el bodystorming (un método en el que se experimenta una situación de manera física para generar nuevas ideas), o el juego de rol (en el que un servicio se testa mediante la representación teatral). Significado de emojis

El auge de la impresión 3D

Si nos adentramos en técnicas más avanzadas, nos encontramos con la posibilidad de construir una maqueta a escala de nuestro producto o la impresión 3D, tan de moda últimamente. Tal es el auge de esta técnica que ya numerosas empresas ofrecen estos servicios a precios asequibles. Dos ejemplos serían Fabber o Zlab.

Fabber

Zlab

Un caso hilarante de prototipo en impresión 3D es lo que hace la joyería británica Hot Pink, especializada en la creación de anillos de compromiso personalizados. Mediante su “Servicio de pedida”, el pretendiente adquiere un prototipo del anillo que quiere regalar. De esta forma, si desafortunadamente la pedida acaba en desastre, el pretendiente no necesitará acudir a un local de “Compro Oro”.

Innovación lean, MVP… ¿pero eso qué es?

Otra de las modalidades de prototipado más compleja es la del desarrollo del llamado “Producto mínimamente viable” (PMV o MVP en inglés), que como su nombre indica, se trata de un prototipo con funcionalidades mínimas que nos sirve para confirmar si existe un mercado interesado en nuestro producto. Este concepto nace de la corriente de innovación “lean”; que busca crear más valor que nunca para nuestros consumidores con menos recursos que nunca.

Recientemente conocí a la emprendedora española Sira Pérez de la Coba que se encuentra buscando fondos para financiar su aplicación Shot&Shop y para ello ha desarrollado un MVP. Shot&Shop es un motor de búsqueda visual para la compra de ropa y complementos, que reconoce directamente los productos en imágenes y ofrece al consumidor una selección de artículos similares. Esta aplicación, que ha formado parte de la Academia Wayra, ha sido desarrollada por Visiza bajo el modelo MVP. De esta forma, se ha limitado la inversión y desarrollo a la espera de testarla más en profundidad con consumidores y para tener un modelo de presentación para inversores que apuesten por ella.

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Artículo publicado originalmente en Emprendo con Vodafone

Emprendo con Vodafone

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Una emprendedora ha patentado un pequeño electrodoméstico sostenible que permite transformar el aceite usado de cocina en jabón biodegradable evitando la co

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2024-10-29

 

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