Un ingrediente inesperado hace que los huevos fritos sepan mejor y un chef lo jura

Aunque no hay nada como un clásico huevo frito cocinado en mantequilla o aceite, ¿por qué no ampliar tus horizontes culinarios?

Existe una infinita variedad de ingredientes que pueden ayudar a dar un nuevo giro a tus huevos fritos, proporcionándoles un sabor único y crujiente en cada bocado.

La chef Rebecca de The Practical Kitchen ha revelado su secreto para hacer los huevos fritos de la "mejor manera": sazonarlos con pimentón infusionado en aceite antes de que el huevo toque la sartén. Confesó que una vez que empezó a añadir pimentón en lugar de solo sal y pimienta, "no hubo vuelta atrás".

Aunque el método de Rebecca pueda parecer inusual, es su forma de asegurar que "el sabor del pimentón impregne la clara y la yema del huevo lo máximo posible".

La chef destacó que si mantienes la yema líquida, aún puedes disfrutar mojando tu tostada en ella sin necesidad de sal adicional, ya que "el sabor ya está ahí", según el Express.

En lugar de cascar el huevo en la sartén y luego espolvorearlo con sal y pimienta, comienza infusionando la sal, la pimienta y el pimentón en la sartén, luego añade el huevo.

Infusionar es una técnica que utiliza el calor para liberar los sabores latentes de las especias cocinándolas en grasa antes de continuar con la receta.

Comienza calentando aceite en una pequeña sartén antiadherente a fuego lento. Cuando el aceite empiece a brillar, añade la sal, la pimienta y el pimentón a la sartén y dale un movimiento para distribuirlos.

El aceite caliente ayuda a "intensificar el sabor" del pimentón, que chispeará ligeramente y rápidamente se volverá de un fragante rojo oscuro.

Rachel dijo: "Al infusionar las especias primero, cuando el huevo se asienta en la sartén, el aceite ya está cargado de sabor que se cocina directamente en el huevo".

Casca el huevo directamente en la sartén justo donde se han reunido el aceite y las especias.

Espolvorea una pequeña cantidad de sal directamente sobre la yema, además de otro giro rápido de pimienta.

Una vez que las claras se vuelvan transparentes (aproximadamente 30 segundos), balancea suavemente la sartén de lado a lado para liberar el huevo de modo que se deslice por la sartén.

Inclina lentamente la sartén hacia adelante para que el huevo y el aceite se desplacen hacia la curva de la sartén, permitiendo que el aceite suba justo por encima de la superficie del huevo para ayudar a cocinar la parte superior.

Alternativamente, puedes verter el aceite sobre el huevo con una cuchara.

Añade una pequeña cantidad de agua a la sartén y tápala inmediatamente para crear vapor para la superficie del huevo.

Baja el fuego a un hervor suave.

Calcula un tiempo de tres a cinco minutos, revisando a menudo para asegurarte de que el huevo no se pegue y evitar que se cocine en exceso.

Modifica la temperatura o añade cucharaditas extra de agua si es necesario.

El huevo estará listo cuando las claras se hayan solidificado completamente sin que se vea clara de huevo cruda en la parte superior.

La yema podría tener una delicada capa de clara cocida cubriéndola, pero aún debería parecer temblorosa cuando agites la sartén.