Todos recordamos las viejas impresoras matriciales, aquellos aparatos de los albores tecnológicos que usaban papel perforado y cuyo sonido también podía taladrar las cabezas. Este tipo de impresora usaba un cabezal que se desplazaba de izquierda a derecha sobre la página, imprimiendo por impacto oprimiendo una cinta tintada contra el papel, de forma similar a las viejas máquinas de escribir.
Pero al contrario que éstas, las impresoras matriciales eran capaces de reproducir distintos tipos de letra, y hasta cuidados gráficos en ASCII, gracias a la selección de puntos de una matriz. Cada punto era estampado por un diminuto bastón metálico empujado por un pequeño electroimán.
Este antiguo principio de la impresión es el que ha utilizado el alemán Félix Vorreiter para sacar a la impresora matricial del olvido y darle un nuevo lustre, dotándola de un poder que nunca hubiera soñado: el de imprimir textos sobre las paredes.
Impresoras de paredes ya existen y los artistas las utilizan para instalaciones de lo más variado. Pero ninguna es matricial. Además, todas son complicados engendros mecánicos que sólo una buena financiación pueden hacer ronronear en condiciones. Para los artistas urbanos de a pie (aunque quizá hubiera que llamarlos guerrilleros de la urbe) un servidor recomienda un modelo de impresora más recogido y manejable.
Impresoras de paredes ya existen
El txtBOMBER es una herramientas de una sola mano, con un tamaño no mucho mayor que el de una plancha de la ropa, que genera declaraciones políticas o sociales sobre la marcha e inmediatamente las imprime en cualquier superficie plana; todo siguiendo el sistema de funcionamiento de las impresoras matriciales.
La txtBOMBER utiliza como matriz 7-rotuladores-7, de esos indelebles, que se colocan en un sistema de pistones de tal manera que en vez de puntos son capaces de marcar líneas y espacios. Todo el sistema está gobernado por un microcontrolador dentro de una placa Arduino, por lo que no se necesita cargar con un ordenador para escribir los mensajes.
El sistema mecánico es alimentado por una potente batería, que permite metros y metros cuadrados de diatriba urbana; por ahora sólo en perfecto alemán, el idioma de su creador.
Por ahora y desde finales de 2005, que es cuando Félix Vorreiter comenzó a experimentar con su invento por las paredes de Berlín. Un par de años después se dio cuenta que la impresora funcionaba muy bien, pero le faltaba algo: sentimiento. Y es que al sólo poder moverse de izquierda a derecha restringía mucho su ámbito de actuación, ya que sólo podía plasmar textos de interlineado uniforme, nada de curvas ni fruslerías en otras direcciones.
Y eso para un artista urbano es difícil de asimilar. Además, el tacto del rotulador indeleble es como una extensión de la mano del graffitero, por lo que usar un mango para manejar 7 rotuladores a la vez también restaba autenticidad al asunto.
Así que Félix Vorreteir, ni corto ni perezoso, se inventó un sistema para lograr reducir ambos problemas: hizo la impresora matricial en formato barra, para que pudiera cogerse como un rotulador y posibilitara la opción de escribir textos curvos o torcidos, rompiendo la rectitud de formas germana de su primer dispositivo.
El txtBOMBER II usa los mismos principios de su padre, pero introduciendo todo el mecanismo en una vaina cilíndrica que permite usarlo como el que restriega un rotulador king-size por la pared.Te recomendamos la ruta dels origens
king-size
Y el resultado es igual de efectivo que con el modelo de paleta; pero más suave al tacto del escritor, que al final es el que tiene que sentirse a gusto con sus instrumentos de creación.
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2025-01-13
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