En “El discurso del rey” el ganador del oscar Colin Firth no era realmente tartamudo; en eso consiste precisamente el cine, en interpretar con el mayor realismo. Tampoco la gente que le escuchaba detrás en las tribunas tenía los oídos acostumbrados a su voz, pues eran extras (de extrabaratos), el público proporcionado por The Inflatable Crowd Company, una empresa con sede en West Yorkshire (UK) que ofrece una multitud económica y realista de maniquíes para producciones de cine y televisión.
La multitud hinchable fue creada en 2002 en la producción de la película norteamericana Seabiscuit, una de caballos de carreras donde se hizo necesario el empleo de muñecos porque los recortes en 2D y efectos similares fueron ineficaces para lograr un lleno hasta la bandera en las tribunas del hipódromo.
Desde entonces, la compañía ha pasado a desempeñar un papel importante en la historia del cine en época de crisis, con más de 80 películas donde aparecen sus muñecos, así como muchos programas de televisión, anuncios y vídeos musicales.
Y lo deben hacer muy bien, pues casi nadie se ha enterado hasta ahora.
La clave de su éxito radica en que han logrado intercalar con maestría a extras reales, situados al lado de los muñecos que dan el pego, para mezclar visualmente el conjunto y dar vida a escenas que de otra forma necesitarían un gran presupuesto para grabarse. Juguetes educativos
Para ello es fundamental la textura y la atención al detalle, para hacer esta ilusión tan sencilla como sea posible. The Inflatable Crowd Company proporciona un paquete de accesorios para lograr cualquier público selecto, incluyendo elementos tales como caras realistas, pelucas, sombreros y otros adminículos para que coincida con el período y el aspecto de los extras reales en la película.
The Inflatable Crowd Company
Según la compañía, un ejército de extras hinchados como los suyos puede ahorrar a una producción de un 60 a un 90% del coste de ambientación de escenas de grandes multitudes. Por ahora en sus almacenes guardan más de 30.000 torsos que se pueden llenar de aire, un número con el que se puede abarrotar cualquier estadio o tribuna de público.
Un público que, incluso, podría hacer de relleno en los mítines electorales que se nos vienen encima, algo a lo que no se podrá resistir ningún director de campaña electoral en su sano juicio. Total, el discurso del rey no dejaba de ser un discurso político.
Vía Insider Media y Neatorama
The inflatable crowd company, llenando de gente las películas desde 2002
En “El discurso del rey” el ganador del oscar Colin Firth no era realmente tartamudo; en eso consiste precisamente el cine, en interpretar con el mayor rea
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2024-12-31
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