Más de uno se ha planteado alguna vez dejar de usar el coche y pasarse al transporte público pero, analizando los pros y los contras, ha preferido quitarse la idea de la cabeza. Lo de compartir transporte y no colaborar con el calentamiento global está muy bien, pero ¿y los ratos de espera eternos en la parada de un autobús? ¿y el hecho de que la parada más cercana a tu destino te obligue a pegarte una caminata de quince minutos?
Sin embargo, muchas de estas dudas podrían diluirse si, por ejemplo, el transporte público nos permitiera ir directamente a la parada que más nos interesa (sin detenerse en otras antes) o si transcurriera por un lugar distinto que el resto de los coches, evitando así los atascos de hora punta. Pues bien, el sistema existe y en Morgantown, una pequeña localidad situada en el este de Estados Unidos, lo disfrutan desde hace mucho tiempo. Exactamente, desde 1975.
Personal Rapid Transit
El PRT (Personal Rapid Transit) es un concepto ideado en la década de los años cincuenta como medio de transporte alternativo y automatizado que invita a la gente a abandonar el coche ofreciéndoles una mayor flexibilidad que los medios públicos convencionales y, a la vez, reduciendo el tiempo que derrochan dentro de sus vehículos entre semáforos y atascos.
Realmente, el PRT se ideó cogiendo lo mejor de cada uno de los transportes ya existentes: pequeño como un coche, con una vía propia como el metro o el tranvía y compartido por gente que va a un mismo destino como un taxi. De hecho, y por resumir, se trata de un taxi que lleva a los pasajeros hasta la parada que más les conviene, sin parar en las demás y sin compartir con el resto de los vehículos los horrorosos atascos de hora punta.
A pesar de que la idea tiene más de medio siglo, a día de hoy hay solo tres PRT activos en el mundo: el de Morgantown; otro de tan solo kilómetro y medio en Abu Dhabi y el más reciente, en el aeropuerto de Heathrow, en Londres, con casi cuatro kilómetros.
¿Por qué después de tantos años un sistema pensado para ser mejor que el transporte convencional está tan poco extendido? La respuesta se encuentra, probablemente, en Morgantown.
Las obras del PRT de Morgantown comenzaron en el año 1970. La localidad había visto como su población había crecido en los últimos diez años desde que la West Virginia University abriera las puertas de su campus allí. Los alumnos de la universidad colapsaban a diario las carreteras de este pueblo estadounidense que ahora tiene 30.000 habitantes.
Así las cosas, los representantes políticos de Morgantown lograron el impulso gubernamental necesario para convertir el pueblo en el laboratorio en el que Estados Unidos materializara el concepto del Personal Rapid Transit, que incluso había recibido el apoyo del presidente Nixon.
Cinco años y 120 millones de dólares (86 millones de euros) después, el PRT de Morgantown se convertía en una realidad. Cuando está cerca el cuarenta aniversario de este revolucionario medio de transporte, el PRT ha transportado a ochenta millones de pasajeros a lo largo de los 14 kilómetros de su línea, gracias a los 71 vehículos que aún a día de hoy circulan impulsados por motores eléctricos y dirigidos desde un centro de control informatizado.
Así, los pasajeros pagan 50 centavos (unos 36 céntimos de euro) por viajes en los que los vehículos alcanzan los 50 kilómetros por hora. En cada uno de los coches caben hasta veinte personas (ocho sentadas y doce de pie) que solicitan ir a un mismo destino: una de las cinco paradas que tiene establecidas el PRT de Morgantown.
El funcionamiento es el siguiente: en la estación, los pasajeros llaman al vehículo pulsando un botón y seleccionan cuál es su destino (la línea conecta los dos campus de la West Virginia University con los núcleos de población de la pequeña localidad). En menos de cinco minutos, que es el tiempo máximo de espera, aparece uno de los coches eléctricos que circulan por las estrechas vías construidas – en su mayoría elevadas sobre grandes pilares de unos diez metros de altura – de forma independiente a las colapsadas carreteras de Morgantown.
¿Demasiado dinero?
Reduce la contaminación, mueve a una gran cantidad de pasajeros, acaba con los problemas de tráfico y tiene una flexibilidad similar a la de un taxi. ¿Dónde está el problema? Probablemente, en los costes. En la actualidad, este sistema de transporte le cuesta a la West Virginia University unos cinco millones de dólares al año (unos tres millones y medio de euros). Aprender a programar con ejemplos
Los problemas comenzaron para el PRT de Morgantown cuando uno de los impulsores abandonó el proyecto. Si el gobierno apoyaba el experimento, el desarrollo corría por parte de la compañía aeronaútica Boeing. Cuando Boeing se quitó de en medio por la falta de rentabilidad, los problemas técnicos empezaron a ser difíciles de solucionar.
la compañía aeronaútica Boeing
Todo el sistema – tanto los vehículos como los carriles por los que circulan, o el complejo sistema de calderas que calientan el compuesto químico que evita que se acumule nieve en los carriles durante el invierno – se diseñaron partiendo desde cero. Todas las piezas se hicieron pensando en el PRT por lo que, cuando Boeing abandonó el proyecto, el mantenimiento comenzó a ser un infierno.
Aun a día de hoy hay 55 personas encargadas del funcionamiento y reparación de los vehículos. El problema es que muchas de las piezas que utilizan estos peculiares coches ya no se fabrican, lo que convierte cada avería en un auténtico problema.
Aunque los responsables del PRT aseguran que el sistema ha funcionado durante estos casi cuarenta años de forma regular y con una fiabilidad del 98,5% – afirmando con orgullo que no ha habido ni un solo accidente que lamentar -, algunos de los habitantes de Morgantown no parecen estar de acuerdo.
No son pocos los estudiantes de la West Virginia University que se valen de internet para protestar por las aparentemente habituales averías que sufre el medio de transporte, hasta tal punto de utilizar el mítico vídeo de la película ‘El Hundimiento’ para reírse de la fiabilidad de un sistema que, aunque alternativo, resulta demasiado costoso como para expandirlo al resto del país.
se valen de internet para protestar por las aparentemente habituales averías
Con información de Governing y Wikipedia.
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2025-01-04



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