La sonriente cara amarilla que todos identificamos con el epítome del buen rollo internáutico, del “don’t worry be happy” y del acid house ochentero se originó en una oscura aseguradora norteamericana en los años 60. En 1963 la State Mutual Life Assurance estaba absorbiendo a otra empresa rival, la Guarantee Mutual Company, la clásica fusión que genera solapamientos, despidos y tensiones varias entre los supervivientes de las plantillas.
“don’t worry be happy”
acid house
absorbiendo a otra empresa rival
Para elevar la moral de los trabajadores la dirección de la empresa pidió al artista local Harvey Ball que creara un diseño para utilizar en la papelería, los anuncios y las tarjetas de los empleados y así endulzar los malos momentos por los que pasaba la plantilla. Ball dibujó una sonrisa, pero no contento con el resultado le añadió dos ojos.
En apenas diez minutos (según reconoció años después) había creado uno de los iconos más reconocibles del siglo XX. Por aquel trabajo recibió 45 dólares, un dineral teniendo en cuenta el tiempo empleado, pero una miseria, considerando los ingresos generados por la sonriente carita hepatítica durante el siguiente medio siglo.
A principios de los 70 el smiley escapó de las cuatro paredes de la aseguradora de Worcester para extenderse por todo el país, en forma de posters y pins. Se calcula que hacia 1972 se habían vendido 50 millones de tazas de café, camisetas y chapas con el smiley, dentro de la fabulosa campaña “Have a nice day”, impulsada por los hermanos Murray y Bernard Spain, quienes no pagaron ni un centavo a Harvey Ball, el creador original. Juegos porno
smiley
Tampoco se molestaron en pedirle permiso los pioneros del acid house, que surgieron tres lustros después en Chicago, Manchester y otros centros de baile y perdición a mediados de los ochenta. Era cuestión de tiempo que la cara sonriente acabara sirviendo de marca para las pastillas de éxtasis, un destino que jamás hubiera imaginado el circunspecto Ball.
acid house
La última resurrección del smiley tuvo lugar con la aparición de Internet y de los programas de mensajería instantánea, como aquel MSN Messenger, que convertía automáticamente la secuencia de signos :-) en la famosa carita sonriente, incluyendo una asombrosa a la par que irritante variedad de formas, movimientos y expresiones.
Teniendo en cuenta que una parte sustancial de los usuarios del emoticón, como se denomina a este tipo de iconos, son empleados de empresas (aseguradoras o no) sometidos a diversos grados de adelgazamiento de plantillas podemos dictaminar que el smiley ha vuelto a sus lejanos orígenes.
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Visto en Dark Roasted Blend. Más información en Wikipedia.
El curioso origen dEl 'smiley': nació para capear El descontento laboral
La sonriente cara amarilla que todos identificamos con el epítome del buen rollo internáutico, del “don’t worry be happy” y del acid house ochentero se
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2025-01-15

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