Nietos, la mejor medicina sin receta y vivir con lupus, una batalla que no siempre se ve

Según los especialistas en salud, reír frecuentemente contribuye a una vida más longeva, y cuando combinamos esta práctica con momentos de calidad junto a nuestros nietos, el impacto positivo supera incluso al de cualquier complemento nutricional. Los expertos en geriatría destacan que esta relación intergeneracional no solo aporta dulzura a nuestra existencia, sino que también la fortalece significativamente. Yo puedo dar fe de ello.

Una conexión con beneficios demostrados

Esto trasciende lo meramente emocional y se sustenta en evidencias científicas: cuidar, jugar, pasear, compartir meriendas e incluso tener pequeñas disputas sobre quién dirige la cocinita de juguete o quién realiza mejores peinados a las muñecas se transforma en un ejercicio integral para el cuerpo y las emociones. Los abuelos obtenemos mejoras en:

• Nuestra movilidad
• La capacidad de memoria
• Y, fundamentalmente, en la autoestima

• Historias familiares
• Lecciones de paciencia
• Y una gran cantidad de afecto que ninguna tecnología puede transmitir

El antídoto contra la soledad

La sensación de soledad representa uno de los mayores desafíos en edades avanzadas, y la compañía de los nietos funciona como el remedio más efectivo. Son un estimulante para el estado de ánimo, una actividad física natural y una confirmación constante de que seguimos teniendo un propósito, siendo amados y necesitados.

Por lo tanto, el tiempo que dedicamos a estar juntos se convierte en el obsequio más valioso. En esencia, los nietos no solo aportan vitalidad a los abuelos... también nos demuestran a todos que la existencia se vive con mayor plenitud cuando colaboramos en conjunto, uniendo diferentes generaciones. Y, por supuesto, cuando se marchan a casa... entonces llega el merecido reposo.

Hace tres décadas, enfrentar un diagnóstico de lupus no era algo simple. En mi situación particular, fue un procedimiento rápido, realizado por el Dr. Antonio Ledo, quien falleció hace poco. El lupus, siendo una enfermedad autoinmune que provoca que nuestras defensas ataquen a nuestros propios órganos y tejidos, no se manifiesta de una única manera ni existe un examen concluyente que la identifique. Esta es la razón por la que a menudo se confunde con otras patologías, lo que posterga su identificación y manejo terapéutico.

¿Qué es el lupus eritematoso sistémico?

La forma más prevalente, el lupus eritematoso sistémico (LES), tiene la capacidad de impactar prácticamente cualquier área del organismo:

• Articulaciones
• Piel
• Riñones
• Corazón
• Pulmones
• O el cerebro

Orígenes y realidad de vivir con lupus

El origen del lupus permanece sin develarse. Se conoce que intervienen elementos genéticos, hormonales y del entorno, y que algunos factores —como la luz solar, algunas infecciones o ciertos fármacos— pueden intensificar los síntomas o causar reagudizaciones. Sin embargo, lo más desafiante es coexistir con una condición que ni siquiera los médicos logran descifrar completamente. Vivir con lupus implica adaptarse a la imprevisibilidad de no conocer cómo será tu estado al día siguiente. Por suerte, mi situación particular afecta principalmente la piel, generando irritaciones, úlceras o erupciones desencadenadas por el sol.

Síntomas y perspectiva de género

De acuerdo con la Dra. Guisela, las manifestaciones son tan diversas como los individuos que la experimentan:

• Molestias articulares
• Fiebre sin origen claro
• Fotosensibilidad
• Pérdida de cabello
• Agotamiento profundo
• O el distintivo enrojecimiento facial en forma de mariposa

Además, la mayor parte de las personas afectadas son mujeres, en especial aquellas en el rango de 15 a 45 años. Este no es un detalle irrelevante: la especialista también menciona cómo el organismo femenino continúa siendo un campo poco estudiado en el ámbito médico, donde frecuentemente se restan importancia a los síntomas o se vinculan al estrés. Por esta razón, dar visibilidad al lupus es crucial no solo desde el ángulo clínico, sino también desde el plano social y humano.

El lupus demanda más estudios científicos, diagnósticos más ágiles y abordajes terapéuticos más individualizados.