El último grito en la lucha contra el vandalismo “artístico” o más comúnmente llamado graffiti no es un nuevo y prodigioso disolvente, ni un material a prueba de pintura. El sistema que hará que las fachadas de tiendas y bancos sigan luciendo libres de indeseables sprays es una nariz electrónica.
El autraliano Graham Bell (nada que ver con el supuesto inventor del teléfono) es el coinventor del ‘graffit – e – nose‘, un dispositivo eléctrico diseñado para detectar los gases procedentes de los sprays de pintura en acción y tomar medidas al respecto.
supuesto inventor del teléfono
En Australia, donde lleva más de dos años utilizándose, ha demostrado ser tremendamente eficaz para espantar a quienes hacen de la pared ajena una forma de expresar su creatividad. Basta instalarlo en la fachada de cualquier edificio para que el dispositivo funcione. Está fabricado para camuflarse en la medida de lo posible con la pared que protege y resiste las inclemencias meteorológicas.
El graffit – e – nose detecta los gases expelidos por las latas de spray en un radio efectivo de 50 metros, incluso más si está correctamente situado cerca de un conducto de aire. Según los deseos del propietario, puede conectarse para activar un sistema de alarma, telefonear a la policía o incluso encender los aspersores.
Gracias a la ayuda de esta nariz a prueba de gases, la policía lo tiene mucho más fácil para pillar a los graffiteros en plena faena. En todos los lugares donde se ha probado, los graffitis desaparecen de las paredes tras un par de oportunas intervenciones de las fuerzas del orden.
Según Graham Bell, al aumentar el riesgo de ser atrapados, los graffiteros terminan evitando acudir a determinados edificios. Pero lejos de desistir, acaban eligiendo como víctima otra pared desprotegida.
En Australia ya ha demostrado ser capaz de detener eficazmente el fenómeno del graffiti. ¿Lo veremos en España? Aún es pronto para decirlo, pero sería una inestimable ayuda. Cada comunidad autónoma gasta anualmente millones de euros sólo en limpiar este tipo de pintadas ilegales. Algunos ejemplos: la Comunidad de Madrid a la cabeza, destina 6 millones de euros, Barcelona, 3,7 millones, Zaragoza, 1,3 millones. Parece factible pensar que sale a cuenta instalar una de estas narices electrónicas antes que malgastar semejantes cantidades a fondo perdido. Significado de los nombres
Por el momento sólo se puede acoplar en edificios. De poder utilizarse en otros sitios, como vehículos, serviría para terminar con la poco estética moda de pintar trenes enteros. Algunos, como el artista alemán Dtagno, se toman tan en serio la labor de embadurnar un tren de pintura, que han aprendido a hacerlo en movimiento.
la poco estética moda de pintar trenes enteros
que han aprendido a hacerlo en movimiento
Fuentes: e-nosesecurity, smh.com.au, publico.es
Imágenes: smh.com.au, publico.es
Narices eléctricas para paredes a las que no les gusta el olor a graffiti
El último grito en la lucha contra el vandalismo “artístico” o más comúnmente llamado graffiti no es un nuevo y prodigioso disolvente, ni un material a
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2024-11-12
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