Como en cualquier investigación relacionada con la lucha contra el cáncer hay que tomar esta con todas las dosis de precaución necesarias, pero los primeros resultados de un estudio que dirige el Instituto de Tecnología de California para la utilización de nanopartículas en su tratamiento parece realmente esperanzadores.
Instituto de Tecnología de California
La idea es utilizar estas nanopartículas y «programarlas» mediante una carga específica para interferir en el funcionamiento de las células cancerosas y así eliminarlas sin afectar para nada las células sanas del paciente.
Nanopartículas en acción
Esto se hace mediante una técnica llamada ribointerferencia o RNAi por sus siglas en inglés, RNA interference, que lo que hace es interferir en el funcionamiento del ácido ribonucleico de las células en cuestión haciendo que este deje de ser funcional y que deje de producir proteínas necesarias para el funcionamiento de la célula.
En el caso del método utilizado por CalTech esto se consigue mediante unas moléculas de ARN llamadas ARN pequeño de interferencia o siRNA que se acoplan al ARN original de la célula cambiando -o en este caso impidiendo- su funcionamiento y estropeando el juego de instrucciones que tiene la célula para mantenerse en funcionamiento.
Es un método altamente específico, pues las moléculas de siRNA se diseñan para acoplarse a un ARN diana muy concreto, con lo que no afecta a otros ARN.
Es, por decirlo así, y simplificando enormemente, como si pudiéramos diseñar una gasolina que hiciera pararse los coches de una marca o incluso modelo concretos pero que no afectara a ningún otro.
La gran ventaja de este método es precisamente que, a diferencia de una quimioterapia tradicional, no afecta a células sanas al ser tan específico.
De todos modos, por ahora la prueba se halla en la que se denomina Fase I de ensayos clínicos, que tiene como objetivo comprobar que el tratamiento y su aplicación no tienen efectos nocivos en los pacientes y descubrir a si y qué nivel en caso de que así suceda este se convierte en tóxico. También sirven para comprobar si el método propuesto para administrar el tratamiento funciona en seres humanos.
Y, de nuevo insistiendo en todas las salvedades que caben en estos casos, todo parece indicar que es así y que las nanopartículas, administradas mediante inyecciones en el torrente sanguíneo de los participantes en el ensayo, no tienen ningún problema en llegar a las células, atravesar su pared, y entrar en ellas, al menos según se deduce del estudio de células extraídas de sus tumores mediante biopsia después de que se les administrara el tratamiento. Juegos porno
Tampoco parecen interferir con el sistema inmune del paciente, que no las ataca, ni causar efectos secundarios.
El estudio indica también que a mayor dosis inyectada, mayor concentración de nanopartículas en las células del tumor, algo que por lo visto es la primera vez que se detecta con este tipo de tratamientos.
Por si fuera poco, los resultados parecen apuntar a que además las moléculas de siRNA están haciendo precisamente el trabajo para el que fueron diseñadas, ya que una proteína directamente relacionada con el crecimiento de las células había desaparecido en las células estudiadas.
Este resultado parece también apoyado por el hecho de que los fragmentos de ARN mensajero encontrados, directamente utilizado en la síntesis de proteínas, eran de la longitud y composición exactas esperadas después de que el ARN de interferencia hubiera hecho su trabajo.
En palabras de Mark Davis, el investigador al frente del proyecto, “es la primera vez que nadie ha encontrado un fragmento de ARN de las células de un paciente que muestra que el ARN mensajero ha sido cortado en el sitio exacto gracias al mecanismo de ribointerferencia. Esto prueba que el mecanismo de ribointerferencia puede ocurrir usando siRNA en un ser humano”.
Y es que hasta ahora se había podido comprobar el funcionamiento de esta técnica en laboratorio, pero nunca en pruebas clínicas.
De cara al futuro, y aunque aún quedan por superar las siguientes fases de ensayos clínicos, esta técnica promete servir para diseñar tratamientos específicos para cualquier tipo de cáncer para el que se pudiera encontrar una base de ARN específica que atacar.
Obviamente, y no hace falta pararse a pensar mucho en el tema, también podría servir para diseñar armas biológicas que pudieran servir para fines mucho más funestos, pero ahí ya entra nuestra responsabilidad, y tampoco es que sea algo exclusivo de este tipo de tratamientos sino que es aplicable a muchos -sino todos- los avances científicos.
Nanopartículas contra el cáncer
Como en cualquier investigación relacionada con la lucha contra el cáncer hay que tomar esta con todas las dosis de precaución necesarias, pero los primeros
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2025-01-16
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