A principios del siglo XIX, los gobernantes egipcios regalaron tres inmensos y genuinos obeliscos del antiguo Egipto a los gobiernos de Londres, París y Nueva York para conmemorar batallas y estrechar lazos. Fueron llamados “Las Agujas de Cleopatra“ y todos siguen en pie hoy en día en las tres ciudades en las que se volvieron a erigir, siendo visita obligada para todos los turistas.
Los obeliscos fueron esculpidos en granito rojo, miden cerca de 21 metros de altura, pesan más de 200 toneladas cada uno y están inscritos con jeroglíficos. Un regalo redondo para cualquier plaza europea o americana y hoy en día una bicoca para cualquier empresa de transporte urgente.
Pero, ¿cómo se las arreglaron para mandar los obeliscos de regalo desde Egipto a través de mares y océanos en aquellos años? Como eran de recoger en el local, cada país tiro de su propio menú, como vais a poder ver:
– Primer obelisco destino a Francia, Plaza de la Concordia de París, esculpido en tiempos del faraón Ramsés II y obsequio a Francia de Mehemet Ali en 1826. Llegó a París en un barco especialmente diseñado y construido para el traslado en 1834.
Había que recoger el monolito en Luxor y llevarlo a París remontando el Sena, así que los franceses tuvieron que pensar una nave única, que pudiera navegar por ríos y mares sin posibilidad de trasbordo. El “Luxor” se llamó y salió de Toulon en abril de 1831 y remontó el Nilo en agosto.
Era lo suficientemente fuerte como para hacer frente a la marejada del Atlántico, pero lo suficientemente plano para navegar por el Sena. Asimismo, su anchura se limitaba a 9 metros para para que pudiera pasar por los arcos de los puentes más estrechos en Rouen y París. Su longitud era exagerada (43 metros) para que no se hundiera demasiado y encallara en los bancos de arena del Nilo.
Llegó a París en agosto de 1834 con el monolito intacto y hoy en día en su pedestal está inscrito el esquema de su traslado.
- Segundo obelisco destino a Inglaterra, a Westminster. Fue un regalo al Reino Unido que el mismo Mehemet Ali hizo en 1819, en conmemoración de las victorias de Lord Nelson en la batalla del Nilo. Salió empaquetado en 1877.
Segundo obelisco destino a Inglaterra, a Westminster. Fue un regalo al Reino Unido que el mismo Mehemet Ali hizo en 1819, en conmemoración de las victorias de Lord Nelson en la batalla del Nilo. Salió empaquetado en 1877.
La imagen que empieza este post corresponden a un artículo de 1878 en una revista francesa que muestran la embarcación utilizada para el transporte de la frágil piedra, en este caso de 250 toneladas de granito pesado. El ingeniero John Dixon tuvo que diseñar un recipiente especial (llamado la “Cleopatra”) que pudiera construirse alrededor del obelisco que estaba en Alejandría, para hacerlo rodar hasta el mar y luego remolcarlo a través del Mediterráneo y el Atlántico hasta Inglaterra. Este cilindro tenía 28,3 metros de largo y 4,5 metros de diámetro, y estaba dividido en diez compartimientos estancos
Tenía un timón, dos quillas y un mástil para las velas de equilibrio, para que actuara como un pontón flotante que iba a ser remolcado a Londres por el barco de vapor Olga. La nave partió pero se hundió en el camino durante una tormenta, justo cuando entraban por el Golfo de Vizcaya, muriendo seis marineros; pero el monolito permaneció milagrosamente flotando hasta que otro barco lo divisó y lo remolcó al puerto de El Ferrol,.
Olga
El envoltorio de regalo consistía en un cilindro de acero cubierto de madera, que los herreros y carpinteros de la villa gallega supieron remendarlo bien para que otro barco, el Anglia, fuera a su encuentro y lo remontara finalmente por el Támesis hasta Londres.
Anglia
– Tercer obelisco destino a Central Park, NYC. Tras la apertura del canal de Suez en 1869, Ismail Pasha ofreció uno de los obeliscos a Estados Unidos con la esperanza de cultivar las relaciones comerciales. El obelisco quedó instalado en el famoso parque en 1881.
Posiblemente los americanos eran los que lo tenían más difícil, por el hecho de tener que cruzar el impredecible Atlántico con semejante piedra, pero también los que menos se complicaron. La formidable tarea de mover el obelisco de Alejandría a Nueva York se le encomendó a Henry Honychurch Gorringe, un capitán de corbeta con licencia de la Marina de los EE.UU que hizo un trabajo magnífico.
La Aguja de Cleopatra era en esta ocasión de 240 toneladas y fue primero volcada de vertical a horizontal, casi chocando con la tierra en el proceso. A continuación, la pusieron en la bodega del barco de vapor SS Dessoug de una curiosa manera: tuvieron que dejar el barco en dique seco para evitar que zozobrara, mientras introducían el obelisco. Esto se hizo así con el fin de colocar el obelisco en la bodega de proa a popa. Una vez colocada perfectamente la carga, zarpó 12 de junio 1880 y cruzo el Atlántico sin complicaciones. Mission accomplished, que diría un yankee ya por entonces.
Dessoug
Mission accomplished
Paradójicamente, Henry Honychurch Gorringe, que tanto cuidado había puesto en el transporte de la piedra, murió de las heridas sufridas al saltar de un tren en movimiento en una estación de Filadelfia 4 años después. Y el monumento sobre su tumba no es sino un modelo a escala exacta del obelisco que tan eficientemente transportó desde Egipto.
Fuentes y Fotos: Wikipedia(1, y 2) ,Henry Honychurch Gorringe, Lorraine Café y Obeliscos egipcios
Las agujas de cleopatra; o cómo enviar tres obeliscos de 200 toneladas para regalo
A principios del siglo XIX, los gobernantes egipcios regalaron tres inmensos y genuinos obeliscos del antiguo Egipto a los gobiernos de Londres, París y Nueva
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2025-01-15
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