La publicidad no es molesta, es otra cosa

 

 

 

Si le preguntamos a cualquier persona si le gusta la publicidad, probablemente diga que no. Aunque seguramente, si seguimos hablando de ello, acabe recordando algún anuncio que le ha gustado. Igualmente, aunque la mayoría de servicios on line sean gratis gracias a que incluyen publicidad, la gran mayoría de usuarios se sienten molestos con ella.

 

Esas dos premisas, llevan a la conclusión de que la publicidad no gusta, y ha muerto, o la quieren matar. Grandes publicitarios lo afirman así, convencidos de que su trabajo ya no puede ser el mismo.

Pero yo no lo creo. Creo que han cambiado algunas reglas, pero no todas. Y creo que lo que molesta no es la publicidad, es otra cosa.

Lo que molesta, es la mala publicidad y la invasiva. Pero eso ha molestado siempre. El zapping no existiría si no cansáramos con demasiados anuncios a la audiencia y éstos no fueran lo suficientemente atractivos. Porque cuando lo son, vamos a buscarlos a YouTube y los compartimos.

Pero más allá de que un anuncio sea bueno o malo como para tener ganas de verlo, lo que nos molesta no es que no anuncien algo, “per se”, lo que nos molesta es que nos intenten vender algo. Nos sentimos atacados, y en realidad, a veces lo somos.

No son los publicitarios quienes más molestan, son los vendedores, y que me perdone ese colectivo fundamental en cualquier negocio. No es una crítica, porque admiro su labor que yo no sé hacer.

El problema viene de la difusa línea que en marketing se establece entre Publicidad y Venta. Esa es otra de las discusiones eternas. ¿La publicidad debe vender o no?

Mi respuesta siempre es la misma: debe estar orientada a la venta, a corto, medio o largo plazo. Y al hablar de plazos, es cuando llegan los matices.

Si el objetivo es a largo plazo, con campañas de branding o corporativas, podemos ser mucho más suaves y confiar en el recuerdo con el paso del tiempo.

Pero si el objetivo es a corto plazo, inmediato, es publicidad directa. Se busca la respuesta automática, un click o el relleno de un formulario de compra. Técnicamente cada anuncio es un vendedor. Y ha de insistir como tal.

Y ese es el problema. Cuando nos empeñamos en que nos compren a toda costa, con banners que se interponen constantemente, con anuncios machacones, con vídeos que no podemos ocultar antes de ver el que queremos en YouTube, nos convertimos en ese molesto vendedor que nos persigue por una tienda enseñándonos cada camisa por si nos convence, o en esa llamada de telemarketing que nos acosa a diario, a la hora de la siesta, o en el que nos llama a la puerta de casa para cualquier oferta que no hemos solicitado. Blog sobre salud

La publicidad no debe ser eso. Debe ser algo que agrade. Que guste ver. O en el peor de los casos, que no moleste. El concepto es muy sencillo de entender con un ejemplo muy claro: las retransmisiones de Fórmula 1 que realiza Antena 3 TV. Durante la carrera, asumimos que todo es un gran anuncio que queremos ver: Los coches, los monos, los cascos, las barreras… todo el circuito está plagado de anuncios. Nuestros ojos no pueden ver la carrera sin ver una marca. Eso no nos importa y forma parte del colorido. Si nos interrumpen en cualquier momento para ponernos una tanda de anuncios, nos molestará, pero probablemente aguantemos hasta que acaben para no perdernos nada, si se limitan a dos o tres. Ahora bien, cuando nos ponen a pantalla partida una tanda de anuncios… eso es como una llamada de telemarketing en plena cena. Nos molesta y mucho. Y no tiene sentido, por más que haya anunciantes que gasten millones en eso. O miramos la carrera o miramos los anuncios. Y si miramos los anuncios, nos molestará enormemente que nos distraigan mientras vemos de reojo que está pasando algo en la carrera y no nos enteramos. Sólo sirven para ponernos nerviosos y sentir un rechazo instintivo hacia esas marcas. Mal recuerdo, por calidad y cantidad. Tan inútil como absurdo.

 

Imagen tomada de este blog.

este blog

 

No es la publicidad lo que nos molesta. Es la mala publicidad. Y eso, por sentido común, sí que desaparecerá tarde o temprano. Y si no desaparece, dará igual, porque nuestra mente la eliminará igualmente.

 

Imagen principal: Flickr Creative Commons by woodleywonderworks

woodleywonderworks

 

 

 

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La publicidad no es molesta, es otra cosa

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Si le preguntamos a cualquier persona si le gusta la publicidad, probablemente diga que no. Aunque seguramente, si seguimos hablando de ello, acabe recordando

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2025-01-14

 

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