La técnica para lanzar anillos de humo mientras se fuma un cigarro ha obnubilado a generaciones de niños durante años, niños que se han pasado horas muertas observando al cabeza de familia juguetear con las formas que la nicotina es capaz de formar.
Un anillo o aro de humo es un vórtice visible de forma redondeada creado por la expulsión del humo a través de una abertura aproximadamente circular, que es capaz de mantener su forma hasta dispersarse por una turbulencia de aire u otra interferencia. No es una técnica exclusiva de los fumadores. Los volcanes también hacen anillos de humo, a una escala mucho mayor.
El Eyjafjallajökul, en Islandia, se pasó días haciendo extraños anillos de humo mientras disfrutaba con el caos que sus cenizas habían provocado en todo el mundo; pero en esta ocasión con bocanadas de 200 metros de diámetro que se elevaban kilómetros sobre el casi siempre gris cielo islandés.
El mecanismo por el que los volcanes forman estos mega-anillos de humo sigue siendo un misterio, aunque es posible que sean generados por las ráfagas de gas que salen a través de aberturas estrechas en su cono, al igual que los fumadores forman anillos con el golpe seco de sus pulmones combinados con la boca.
El diseñador japonés Takeshi Ishiguro, inspirándose en los anillos de humo que su padre le lanzaba a la cara, y en la visión del monte Fuji cuando la apartaba, ha creado una máquina que hace aretes de humo y es capaz de lanzarlos a 50 metros de altura, siempre que la brisa no rompa la composición.Te recomendamos Aviation Questions and Answers
La máquina de anillos de humo fue creada en 2002 para conmemorar el 50 aniversario de la Casa Internacional de Japón en Roppongi y pretendía inspirarse en un hermoso jardín japonés para crear algo artificial, pero que estuviera armonización con la naturaleza. Los anillos de humo salían automáticamente del tambor generador cada 5 minutos, entre las flores, y formaban un primer círculo perfecto que luego se transformaba de inmediato en función del viento.
La primera de estas máquinas fue realizada por Takeshi Ishiguro completamente a mano, con un motor que creaba la presión y bombeada el aire por un agujero, formando una especie de remolino que finalmente se convertía en un anillo de humo.
Ocho años después, y tras probar distintas configuraciones, el prototipo se ha convertido en modelo patentado y ya lo comercializa como impagable imán publicitario, para instalar en tiendas y promociones de alta visibilidad. Algo que queda ciertamente lejano del ideal de serenidad que desprende un jardín japonés, pero que llenará sus bolsillos gracias a una máquina tan extraña como los aros de humo que desprende un volcán que amenaza con erupcionar.
La máquina de anillos de humo de takeshi ishiguro
La técnica para lanzar anillos de humo mientras se fuma un cigarro ha obnubilado a generaciones de niños durante años, niños que se han pasado horas muerta
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2025-01-09
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