Una de las tendencias actuales del marketing es la “gamification”. Sin saber mucho inglés seguro que sabes que game significa juego, y puedes imaginar que se trata de convertir el marketing en uno. Pero es algo más que es crear o adaptar un juego con tu marca o producto para que el usuario consuma tu publicidad mientras se divierte. Es hacer que el usuario se divierta, como si fuera un juego, consumiendo tu producto, o viviendo una experiencia contigo.
gamification”
game
Por cierto, este es uno de esos casos en los que se justifica el uso de palabros ingleses en Marketing, porque no se me ocurre cómo trasladarlo al castellano. ¿Juegotización? ¿Ludométodo? ¿Ludificación?
Juegotización
Ludométodo
Ludificación
El caso es que la Gamificación se puede aplicar a muchas otras cosas más allá del marketing. Por ejemplo la enseñanza, o cualquier otra actividad que resulte más o menos tediosa por sí misma y requiera de un “coadyuvante” para ser realizada. Eso lo sabe cualquier padre que intente convencer a su hijo, por ejemplo a recoger su cuarto o comerse la sopa. Jugando es más fácil, como saben en Micrópolix.
Gamificación
Y aquí llega el verdadero tema del post. ¿Por qué triunfa la “gamification” entre los adultos? ¿Estamos jugando a vivir?
Algo que saben ya todos los responsables de marketing es que los consumidores actuales son como niños. Adultescentes es el término que emplean. Se hacen mayores de edad, pero mantienen costumbres de adolescentes y sus hábitos de consumo se mantienen muchos años después de lo que suponíamos era lógico. Las estadísticas demuestran que los “juegos sociales” como Farm Ville y otros, son jugados mayoritariamente por mayores de 30 años (79%), y el 29% casados y con hijos.
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Y en esto que llegan los smartphones, y son el paso natural y lógico en las manos de quien no soltaba la Gameboy o la PSP, y ahora no suelta la Blackberry o el iPhone. ¿Cómo le vas a decir al niño que deje la maquinita si no la sueltas tú?
Hemos “gamificado” nuestra vida. No jugamos al monopoly pero hacemos checking en Foursquare. No coleccionamos cromos pero no paramos de subir fotos a Instagram. Diría que hasta conducir con GPS es como jugar a un video juego.
Pero ¿No os ha pasado que después de usar el GPS, os cuesta entender un plano? ¿O que sin GPS no sois capaces de volver a un sitio donde ya habéis ido porque no reconocéis el camino? Tanta virtualidad, igual nos aleja de la realidad.
Los que creen que la publicidad es el arte de dominar las mentes y voluntades de las personas para que consuman, tienen tema de debate sobre si el marketing de experiencias no es un poco hacerles jugar hasta que se gasten los billetes que les han dado al inicio de la partida. Por lo menos, no se trataría de una máquina tragaperras, en las que la banca siempre gana, sino de un trato justo. Yo te hago disfrutar y tú me compras. En realidad te doy dos cosas por el precio de una.
Así, sospecho que hasta hemos convertido nuestra relaciones en un juego. Como si fuéramos personajes de los Sims , establecemos relaciones virtuales incluso con gente que no conocemos, o hemos visto una vez, a través de facebook, twitter o whtasapp. Aunque a veces, olvidamos que al otro lado no hay un robot, y que el avatar es una persona real, con sentimientos. No podemos jugar a vivir como si al final de la partida, bastara con reiniciar el sistema y elegir nuevos jugadores.
La gamification de tu vida
Una de las tendencias actuales del marketing es la “gamification”. Sin saber mucho inglés seguro que sabes que game significa juego, y puedes imaginar que
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2024-10-25
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