Con permiso de Ismael El-Qudsi y su gran evento Internet es tuyo que ya ha celebrado tres ediciones con éxito, tengo que daros una mala noticia. Internet, aunque lo parezca, no es tuyo.
Vale, lo parece, porque puedes hacer casi cualquier cosa con él, pero con frecuencia olvidamos que lo único que es nuestro es el ordenador o dispositivo que usamos para conectarnos. Desde ahí, nada lo es. Sólo nos dejan usarlo.
Y si nos dejan usarlo, será porque les pertenece a otros. Y si les pertenece a otros, nos guste o no, será bajo sus reglas. Unas reglas que suelen estar muy bien detalladas en las extensas condiciones de uso que marcamos como he leído y acepto, demostrando una capacidad de lectura semejante a la velocidad de la luz, o una fe ciega en que todo lo que nos dicen será “lo normal”.
Que levante la mano el que haya leído todas las cláusulas de acceso a los servicios web, y lo que es más, las haya entendido. Ahora, de los que quedan, que levanten la mano los que han pensado que todo eso no es más que palabrería, y que no pasará nada…
Internet no tiene fronteras, aparentemente. Eso que podemos verlo como una señal de libertad, puede volverse en nuestra contra en cualquier momento. Porque cuando contratamos un servicio on line, si la empresa proveedora no está en nuestro país, cualquier reclamación jurídica será en sus tribunales. Eso para empezar.
Pero es más, podemos encontrarnos con que la actuación judicial o gubernamental contra uno de esos servicios, surgida en otro país, nos afecte a nosotros sin comerlo ni beberlo. Como MegaUpload.
Megaupload, es un ejemplo magnífico para demostrar que Internet no es tuyo. Tuyo es lo que subes a la nube, pero desde el momento que sale de tu dispositivo, pierdes el control real, la posesión efectiva de lo tuyo. Donde las dan las toman. Si podemos hacer lo que queramos con las películas o canciones de otros, también otros pueden hacer lo mismo con nuestras fotos. O vídeos. Que se lo digan a la concejal.
Y esa es otra. Nos preocupa mucho la seguridad de nuestros datos personales, de nuestros perfiles en redes sociales, cuando el verdadero peligro no está en el proveedor del servicio, sino en nuestros “amigos”. Porque no fue Whatsapp , ni Googgle, ni nadie en Facebook o un robot quien difundió por su cuenta el video famoso… ¿Has pensado que tus fotos pueden ser descargadas con un simple “pantallazo” por cualquier de esos “amigos” que casi no conoces y que no controlas? Norma básica de seguridad en internet: lo que no quieras que se sepa, no lo subas.
Pero volvamos a los servicios externos y sus riesgos. Ponga lo que pongan las condiciones de uso, una vez que subes algo a la nube, insisto, deja de ser totalmente tuyo. Nadie te garantiza que el proveedor vaya a funcionar eternamente.
Hace años, subí unas canciones de un grupo musical amigo a una web de música en streaming. Eran versiones de maqueta. Al grabar el disco, me pidieron que las quitara para que no convivieran las dos versiones. Ha sido imposible, la web sigue alojada por alguien para seguir generando ingresos por publicidad, pero los paneles de control de los usuarios no están activos. Es sólo un ejemplo, de que por mucho que te ampare la ley de, por ejemplo Luxemburgo, en la práctica puede ser papel mojado. ¿Usas Dropbox? Pues que sepas que pueden borrarte los archivos cuando les parezca, y que si no te gusta tendrás que pagar un abogado en California, aunque lo tienes complicado teniendo en cuenta que has aceptado esto: HERRETE | Descúbre su verdadero significado
Y si hablamos de leyes, cada país tiene las suyas. Y, aunque nos parezca imposible ponerle puertas al campo de internet, poder se puede. China tiene bloqueado el acceso a Facebook y Birmania a Hotmail. Indignante o no, y aunque podamos intentar luchar contra ello, de momento en esos países, internet no es tuyo. Del todo.
China tiene bloqueado el acceso a Facebook
Y la censura no solo afecta a países. Los propios servicios cuentan con sus normas éticas, que como dueños que son, imponen. Facebook es ridículamente censor con fotos que considera eróticas incluyendo madres amamantando. Y aquí cada cual que lo interprete con su moral o criterio personal, pero cuando aceptas usar Facebook, de forma libre y gratuita, sin que sea necesario para vivir, aceptas que ellos decidan si una foto puede ser mostrada o no. Por más vueltas que le demos.
ridículamente censor con fotos que considera eróticas incluyendo madres amamantando
Lo asombroso de las personas, es que en cuanto convertimos algo en un hábito, lo consideramos un derecho. Si usamos una red social o una herramienta web gratis, nos rebelaremos si intentan convertirlo en servicio de pago o por lo menos incluir publicidad para financiarlo. Y si el que lo ha creado, abandona, lo vende o simplemente aplica sus normas pues es normal, porque aunque las uses no son tuyas. Las cosas, en general, son de quien las paga. Y pagar algo no es siempre comprarlo. Es tener el derecho a usarlo de acuerdo a las condiciones del contrato que debes firmar, o aceptar. Para que lo entiendas mejor aún. Imagina que pagas una campaña de publicidad en Facebook. Pues mira las condiciones por si un día entras y te han levantado el anuncio que tenías contratado:
Imagen principal: CC @Flickr by shawnzlea
Internet no es tuyo
Con permiso de Ismael El-Qudsi y su gran evento Internet es tuyo que ya ha celebrado tres ediciones con éxito, tengo que daros una mala noticia. Internet, aun
comodibujar
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2024-10-13
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