Free lancers, mercenarios y esclavos

 

 

 

Cuando no encuentras trabajo como asalariado de una compañía, la única salida que te queda es convertirte en autónomo. Tal vez por eso, el número de autónomos en España no para de crecer desde hace varios trimestres, y en el primero de 2012, los trabajadores por cuenta propia han aumentando en +46.300 afiliaciones.

 

los trabajadores por cuenta propia han aumentando en +46.300 afiliaciones

Entre ellos, están los obligados. Los emprendedores que por ley, para ser administradores (propietarios, socios gestores) de una empresa, tienen que darse de alta en el régimen de autónomos. De éstos, con menos de seis empleados se dieron de alta +6.300 en el pasado trimestre.

El resto, se trata de profesionales liberales de todo tipo, desde abogados a artesanos, fontaneros o tenderos. Aunque en muchas ocasiones, por desgracia, son víctimas anónimas de la crisis. Héroes o villanos. Esclavos o mercenarios.

En España, una de las reformas más urgentes a mi juicio es la de los trabajadores autónomos. Se junta el hambre con las ganas de comer y lo que debería ser una solución, se convierte en un problema con demasiada frecuencia.

El principal inconveniente que se encuentra un autónomo, es la falta de proporcionalidad entre lo que invierte y lo que recibe. Como autónomo, un trabajador no tiene prácticamente derechos. Así de crudo. No tienes derecho a paro (ver nota al final) , ni a una baja pagada y la jubilación que te quede será la mínima. Una miseria.

Por contra, cada factura que hagas deberás incluir la retención fiscal del 17% que se quedará el cliente para recaudarlo, en tu nombre y por adelantado, a Hacienda. Te paguen o no la factura adelantarás el IVA al final de cada trimestre, siendo así la financiera del Estado, y lo que es peor: aunque te quedes en casa todo el día porque no tienes trabajo, pagarás a fin de mes la cantidad mínima de 253 euros de cuota a la seguridad social. Cuota que como he dicho es básicamente para los demás, porque de eso tú sólo tienes derecho a ir al médico.

Así, que ser trabajador por cuenta propia, de forma legal, sólo supone pagar y pagar por adelantado. ¿Para cuándo una reforma que permita pagar a los autónomos cuando cobren, y en función proporcional de lo que cobren? ¿Cuánto tiempo seguirán pagando por (intentar) trabajar?

Pero hay más. En España, donde se habla mucho de las condiciones de los despidos, y cada reforma laboral aborda esa cuestión indefectiblemente, no se tiene nunca o casi nunca en cuenta la necesidad, vital ya, de facilitar las contrataciones. Y eso, perjudica a empleados y autónomos por igual.

Contratar a alguien en España es muy, muy difícil. No me refiero a trabajos normales, me refiero a muchos de esos trabajos que deberían hacer los autónomos y acaban haciéndose “en negro” o lo que es peor, no haciéndose.

 

Imagina que necesitas cubrir una vacante por un par de días. O que tienes un extra de producción. O un trabajo no habitual y no previsto. También puede ser un pequeño trabajo, por el que no puedes pagar mucho, pero que alguien tiene que hacer. Uno de esos “minijobs” si queréis llamarlos así.

Pues, en la práctica, no puedes contratar a nadie. Porque la ley y los convenios colectivos te obligan a un sin fin de trámites con plazos, y a cumplir con unos mínimos de jornadas laborales y salarios según convenios. Si quieres llamar a un amigo que está en paro, para que venga mañana a tu oficina a ayudarte con algo, y pagarle por ejemplo 200 euros… olvídalo.

¿Qué soluciones tienes? Llamar a una empresa de trabajo temporal. Que por coste, seguramente deseches; Pagarle “en negro”, con lo que en realidad nadie gana; O buscar un autónomo… y aquí llega el peligro.

nadie gana

Si le dices a tu amigo que se haga autónomo para poder pagarle legalmente, no lo hará, porque para ganar 200 euros, tendrá que pagar entre unas cosas y otras más de 300. Un sin sentido. Así, que buscarás a alguien que ya sea autónomo, y como ya tiene sus gastos fijos, le compense.

Pero el peligro, es la perversión que muchas empresas hacen del sistema. En un país en el que contratar es difícil, y pese a la reforma actual, despedir también, la puerta trasera que encuentran muchos es sustituir trabajadores contratados por autónomos. Los Free Lance. Esos mercenarios que están dispuestos a cualquier cosa con tal de salir adelante.

Contratar a un autónomo significa pagarle mientras trabaja, y cuando dejas de necesitarlo, o deja de interesarte, decirle que no vuelva. También supone pagarle cuando quieras, ya que no es una nómina, sino una factura. Y sobre todo, no depender de ningún nivel salarial por convenio, porque no es una trabajador, es un proveedor y los precios los pone el mercado.

Esa es la cruda realidad. Hace unos años, se cambió la legislación para que los trabajadores habituales que desempañaran su trabajo en una empresa, en igualdad de condiciones que un empleado, pero en régimen de autónomo, tuvieran los mismos derechos a la hora de un despido. Pero eso es ciencia ficción y en el mejor de los casos, suerte con el juez.

Eso es un Free Lancer. Alguien del que te acuerdas cuando el viernes por la tarde no has acabado un encargo para el lunes, y le llamas para que trabaje el fin de semana por ti. Alguien a quien puedes regatearle, porque su lista de precios nunca será oficial. Alguien que siempre tendrá la tentación de proponerte no hacer factura para ahorrarse el 17% de IRPF y con eso pagar el 18% de IVA que tendrá que adelantarle al Estado. Alguien que, más de un mes, la única forma de ganar lo suficiente será darse de baja para no pagar los 253 euros, y rezar para que no le pillen. Alguien que no puede ponerse enfermo, porque más allá del copago, simplemente será su ruina.

Eso es un autónomo. Para unos mercenario, para otros, emprendedor. Un valiente o un loco. Al fin y al cabo, la palabra Free Lancer procede de la Edad Media, cuando los ejércitos se formaban con “lanceros libres” que iban a la guerra por dinero. Eran tiempos de esclavos, y no han cambiado mucho.

lanceros libres

Nota: La cuota de la S.S. es un 26,5% de la base mínima, que se calcula en 850,20 euros. Lo normal es pagar esa base mínima, ya que un autónomo no suele tener un salario fijo. Hay meses que cobrará más y otros, nada. Actualmente se puede pagar el 29,8% y tener derecho a una prestación por cese de actividad , que en cualquier caso queda muy alejada de la de desempleo. Puedes ver los detalles de las cotizaciones en la web crear-empresas.com

cese de actividad

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Free lancers, mercenarios y esclavos

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2025-01-10

 

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