España vs Francia: por qué Sánchez debería tomar nota del país vecino

Francia planea un severo ajuste económico en 2026 para frenar el crecimiento del déficit y la deuda pública, con medidas que incluyen la congelación de pensiones, la supresión de dos días festivos y recortes en el gasto social. El primer ministro François Bayrou presentó un plan de ahorro de 43.800 millones de euros, calificándolo como una "cura de eficiencia" para evitar una crisis similar a la de Grecia.

El gasto público en Francia alcanza el 57% del PIB, el más alto de la UE. Las medidas propuestas incluyen:

- Un "año en blanco" en 2025-2026, congelando el gasto social, incluidas pensiones y prestaciones, sin ajustes por inflación, ahorrando 5.000 millones.

- Eliminación del Lunes de Pascua y el 8 de mayo (Día de la Victoria) para aumentar la productividad.

- Recortes en beneficios fiscales y subvenciones públicas a empresas y organismos estatales.

- Reforma del seguro de desempleo, endureciendo requisitos y reduciendo prestaciones, lo que generará fuerte oposición sindical.

- Supresión de 1.000 a 1.500 empleos públicos mediante fusiones, aunque sin recortes salariales o en pensiones.

A pesar del ajuste, el presupuesto de Defensa aumentará en 3.500 millones en 2026 y otros 3.000 en 2027, siguiendo directrices de Macron y la OTAN. El objetivo es reducir el déficit al 4,6% del PIB en 2026, frente al 5,5% en 2024 y una deuda pública del 110,6%. Bayrou advirtió que Francia es "adicta al gasto público" y debe actuar para evitar la insostenibilidad.

Sin embargo, el plan enfrenta fuerte oposición política. Bayrou, con solo un 17% de popularidad, ha superado ocho mociones de censura en siete meses. La izquierda y la extrema derecha podrían unirse para derribarlo, criticando las medidas como un ataque a los trabajadores y la historia francesa. Jean-Luc Mélenchon acusó a Bayrou de destruir servicios públicos para beneficiar a los ricos, mientras Marine Le Pen denunció la eliminación de festivos como un ataque a las raíces del país.

El futuro del plan depende de si Bayrou logra apoyo parlamentario en otoño. Francia lleva años incumpliendo promesas de disciplina fiscal, con deuda pública creciendo desde el 85% del PIB en 2010 hasta más del 110% en 2024. Aunque Macron se presenta como reformista, el gasto público y la presión fiscal siguen entre los más altos del mundo.

En contraste con España, Francia al menos debate abiertamente sus ajustes y somete al gobierno a control parlamentario. España, con déficit crónico (3,7% en 2024) y deuda en aumento (108,1% del PIB), carece de un plan serio de consolidación fiscal, aumentando el gasto sin abordar su sostenibilidad. Mientras Francia enfrenta su crisis con autocrítica, España evita el debate sobre recortes necesarios.