El “ratón de mar” (aphrodita aculeata) es un gusano marino de la longitud de un dedo pulgar que habita en el Atlántico Norte y en el Mediterráneo. Se le conoce como ratón (también topo) de mar por su aspecto, cubierto de un suave pelaje de color grisáceo que adquiere distintas tonalidades brillantes, que van del azul al amarillo y al rojo, al reflejarse en ellos la luz del atardecer.
aphrodita aculeata
Cuando la marea se retira y el sol se pone, es posible ver al curioso animalito, que se arrastra por la arena en busca de alimento. Su nombre científico proviene de Afrodita, la diosa griega del amor, ya que cuando se observa ventralmente en el mar se parece mucho a los genitales de una mujer (sin haberse hecho las ingles brasileñas, claro).
Estos pelos iridiscentes están compuestos de millones de cristales submicroscópicos que reflejan y filtran la luz tenue de las profundidades del océano, lo que les dota de cierto halo luminoso que también tiene mucho que ver con el nombre griego con que fue bautizado.
Precisamente en estos pelos (o espinas, más bien) se puede esconder el futuro de la nanotecnología que regirá el devenir del mundo, al descubrir los científicos que estos filamentos pueden servir como moldes para producir nanocables de 100 veces mayor longitud que lo que permiten los métodos actuales. Y por una fracción mucho más pequeña del precio de mercado.
Los nanocables que actualmente se fabrican no pasan, en la mayoría de los casos, de los 0,2 milímetros de largo. Con el “sistema del pelo de Afrodita”, se pueden cultivar hasta nanocables de 2 centímetros de largo, con un diámetro que varía entre los 150 y los 200 nanometros (1 m = 1.000.000.000 nm), según el grosor del cabello del ejemplar en cuestión.
Los nanocables convencionales son caros de fabricar, ya que requieren maquinaria muy especializada. En su enfoque más directo, los pelos arrancados de los ratones de mar pueden servir como molde o canutillo para permitir su crecimiento y alargamiento.
El ratón de mar produce dos tipos de cerdas: los pelos con un diámetro de aproximadamente 10 micras (azul y verde) y las espinas con un diámetro de hasta 500 micras (rojo oscuro). Ambos están compuestos de quitina y un material formado de proteínas.
El sistema, ideado por los investigadores Florian Mumm y Pawel Sikorski de la Universidad noruega de Ciencia y Tecnología de Trondheim, consiste en poner un electrodo de oro con carga en un extremo del micro-pelo e iones de cobre o niquel en el otro extremo del tubo hueco. Los iones de un extremo se verán atraídos magnéticamente por la carga del otro, llenando el tubo y logrando el crecimiento de los nanocables. Lavandes - Mejores productos de belleza
Este sistema permite, por ahora, manufacturar nanocables de cobre y níquel en electrodeposición y nanotubos de óxido de aluminio por deposición de capas atómicas, ambos utilizando el pelo del gusano como molde para su fabricación.
Con la imparable avalancha de aplicaciones de la nanotecnologia, este método de fabricación basado en la bioinspiración animal promete dar un buen empujón a este campo. Por ejemplo, los nanocables en capas de silicio coaxial puede absorber directamente la luz y convertirla en electricidad, así como dar energía a un dispositivo electrónico.
También otros nanocables permite sacar el máximo rendimiento energético del calor que desprende el cuerpo o cualquier sistema artificial, permitiendo que en el futuro los dispositivos electrónicos portátiles pudieran recargarse con el calor que emite nuestro organismo. Para ello los nanocables deberán tejerse con las fibras textiles para conformar prendas de vestir, por lo que dotarlos de una mayor longitud es un requerimiento de la industria desde hace años.
Y sin olvidar las aplicaciones en la obtención de imágenes por resonancia magnética, en los trenes de alta velocidad por levitación magnética y en los dispositivos sensores que detectan las variaciones del campo magnético del cerebro, una aplicación que está revolucionando el análisis diagnóstico de muchas enfermedades imposibles de detectar hasta hace muy poco.
Fuente: Iop Science
En los pelos de afrodita está la clave para el futuro de la nanotecnología
El “ratón de mar” (aphrodita aculeata) es un gusano marino de la longitud de un dedo pulgar que habita en el Atlántico Norte y en el Mediterráneo. Se le
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