Si hay un rasgo que caracteriza la actitud de los norteamericanos ante la vida es el pragmatismo. El otro rasgo podría ser un fervor religioso inédito en el hemisferio occidental, con la probable excepción de Brasil. “El Secreto” es hijo de ambos: ¿de qué sirve la espiritualidad si no tiene una recompensa terrenal?, parecen preguntarse los urdidores de este fenomenal negocio. Porque por mucho que se revista de espiritualidad y crecimiento personal, el Secreto habla de tres cosas: dinero, dinero y dinero.
La coartada espiritual, mística, trascendente o como quiera llamarse (la “ley de la atracción”) tiene un objetivo prístino: atraer hacia uno la prosperidad, la pasta, la panoja. ¿Qué uno? ¿El lector? Así parece ser, aunque el verdadero beneficiario –el “imán que atrae” en sus propias palabras- es el autor o, mejor dicho, la suma de mentes pensantes que han ideado esa marca multiplataforma que es “El Secreto”.
“¿Por qué te crees que el 1% de las personas acumula el 96% de la riqueza? ¿Crees que es un accidente? No es un accidente. Estaba diseñado de ese modo: ellos conocían el Secreto. Y tú vas a ser introducido en el Secreto”, dice un tal Bob Proctor en el vídeo de El Secreto”. Proctor es nada menos que el “principal maestro de la Ley del Universo” (¿Dios?), según puede leerse en su página web.
“El Secreto” es un batiburrillo de misticismo, espiritualidad, sociedades secretas, conspiración, pseudociencia y la dosis habitual de física cuántica en estos casos. Lo de la física cuántica viene a colación por otro enorme y exitoso hype internáutico de hace unos años, el enervante “¿Qué diantres sabes?” (“What the bleep you know?”) que viene a decir que la realidad no es más que ficción (lo cual no es del todo novedoso) y que la física cuántica ampara que construyamos nuestra realidad.
hype
La diferencia entre ambas películas es que la intención de “What the bleep…” no era más que vender libros y DVDs a mansalva a partir de una teoría extravagante de la realidad y la de “El Secreto” va directamente a las chequeras de los adeptos: el libro (22€) y la película (25€) son sólo el nivel de entrada de un fabuloso negocio que incluye seminarios de un día a razón de 60 euros por cabeza (100 por pareja) en España.
El truco de “El Secreto” es más viejo que el hilo negro, como bien sabía el inefable Dale Carnegie, autor de los libros de autoayuda tipo “Cómo ganar amigos e influir sobre las pesonas”. ¿Cómo se hace uno millonario? Sencillo: escribiendo un libro que se titule “¿Cómo hacerse millonario?”. La diferencia entre los tiempos de Carnigie (años 20, 30 y 40) y los actuales es la corrección política, que impide la mención directa al dinero, rector único de la Ley de Atracción que predica “El Secreto”.
Un porcentaje considerable de los seguidores del movimiento new age parecen oscilar entre un tibio desdén hacia el dinero y la irrefrenable tendencia hacia la posesión inherente a la naturaleza humana. Así, cuando se habla de precio suelen utilizarse eufemismos como “aportación” o “donación”, como si el intercambio de bienes y servicios en que se basa la sociedad de consumo pertenecieran a otra dimensión, ajena a los seres de luz. Esto, hermanos, es cogérsela con papel de fumar.
new age
Un viejo amigo mío, al que podría definirse como gurú de ese movimiento, estuvo durante un tiempo involucrado en una estafa llamada “giving”, basada en “donaciones” de unos (los tontos) a otros (los listos) según el viejo esquema piramidal, en esta ocasión con coartada espiritual y anticapitalista: se trataba de generar prosperidad al margen los codiciosos bancos, añadiendo así una dosis de hipocresía a la molicie propia de estos esquemas Pozzi.
“El Secreto” pertenece al mismo zeitgeist (otros que tal bailan) del “giving”: intenta forrarte a cualquier precio pero evita todo remordimiento: el Gran Espíritu vela por ti. Juegos porno
zeitgeist (otros que tal bailan)
Pero más peligrosas aún que el toque de corneta hacia los bienes materiales son las afirmaciones en materia de salud. Así, uno de los testigos de “El Secreto” afirma haber visto “riñones regenerándose y el cáncer disolviéndose” gracias al poder de la mente. Otros entrevistados también hablan de remisiones espontáneas del cáncer o milagrosas curas de parálisis, siempre gracias a la actitud mental que promueve el famoso Secreto.
Aquí puedes ver los primeros 20 minutos de “El Secreto” (en inglés). Para la hora restante deberás comprar el DVD preceptivo.
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