Día Mundial de la Leche Escolar, 23 de Septiembre de 2025

Este día es mucho más que una simple conmemoración. Es un recordatorio global de la importancia de un gesto aparentemente sencillo: que un niño o una niña reciba un vaso de leche en su escuela. Detrás de ese vaso hay una historia de cuidado, de salud, de igualdad de oportunidades y de futuro.Pensemos por un momento en lo que representa la leche. Es uno de los alimentos más completos que existen. En su blancura se esconden proteínas de alta calidad, calcio para construir huesos fuertes, vitaminas esenciales como la D y la B12, y minerales que son el combustible del crecimiento. Para muchos niños en todo el mundo, ese vaso de leche escolar puede ser la diferencia entre un día con energía para aprender y un día marcado por el cansancio y la falta de concentración. Es un escudo nutricional que les ayuda a defenderse de enfermedades y a desarrollar todo su potencial físico e intelectual.Pero el programa de leche escolar va más allá de la biología. Tiene un profundo significado social. Es un acto de equidad. Al ofrecer leche en la escuela, estamos asegurándonos de que todos los niños, sin importar su origen o situación familiar, tengan acceso a un alimento fundamental. Iguala las condiciones de partida, garantizando que el estómago lleno no sea un privilegio, sino un derecho que permita a cada pequeño centrarse en lo que realmente importa: descubrir, jugar, soñar y aprender.Estos programas son también una lección práctica de hábitos saludables. Los niños aprenden, día a día, la importancia de una alimentación balanceada. Ese vaso de leche se convierte en un símbolo de bienestar, en un ritual que les enseña a cuidar de su cuerpo desde la infancia. Además, para muchas comunidades agrícolas, los programas de leche escolar son un vital apoyo a los productores locales, creando un círculo virtuoso donde la escuela se beneficia de lo que se produce en su propia tierra.Hoy, en este Día Mundial de la Leche Escolar, debemos reconocer el trabajo silencioso de muchas personas. A los docentes y personal de las escuelas que cada día gestionan con esmero esta distribución. A los gobiernos e instituciones que apuestan por estos programas. A los productores que garantizan la calidad de este alimento. Y, por supuesto, a las familias que confían en la escuela como un espacio de cuidado integral para sus hijos.Celebremos pues este día. Celebremos la leche, no solo como un alimento, sino como una herramienta de salud, educación y justicia social. Que el simple acto de entregar un vaso de leche en un colegio siga siendo un símbolo poderoso de nuestra apuesta colectiva por un futuro más sano, más justo y lleno de oportunidades para todos los niños y niñas del mundo.