Cuatro razones por las que será (casi) inevitable que España afronte un recorte 'a la francesa'

El anuncio de recortes en Francia, con medidas como la congelación de salarios públicos y pensiones, eliminación de días festivos y ajustes por 43.800 millones anuales, ha generado reacciones en la prensa española, aunque con cierta distancia. Sin embargo, la situación en España podría ser similar en el futuro, a pesar de que el Gobierno insista en que no se verá afectado.

Francia tiene mayores niveles de deuda (113% del PIB) y déficit (5,8%) que España (102% y 3,2%, respectivamente), pero la situación española no es sostenible. Llevamos casi 15 años incumpliendo el límite del 3% de déficit, y aunque la recaudación fiscal está en máximos, no se ha logrado el equilibrio presupuestario. Si la economía se enfría, la situación empeorará.

Además, los gastos aumentarán debido al envejecimiento poblacional y la presión migratoria, que generan más demanda en el Estado del Bienestar. España sigue el mismo patrón que Francia, pero con un retraso de una década.

Las economías de ambos países son muy similares: alto gasto público, baja productividad, rigidez laboral y exceso de regulación. Incluso en festivos, España supera a Francia, lo que afecta la competitividad.

Finalmente, al ser parte de la Eurozona, España no podrá evitar ajustes si Francia y Alemania los aplican. La moneda única exige coordinación, y si los socios mayores recortan, presionarán a los demás para hacer lo mismo, como ocurrió en la crisis de 2010-2015.

En conclusión, aunque el Gobierno niegue que los recortes lleguen a España, los indicadores económicos y la dinámica europea sugieren que, más tarde o más temprano, serán inevitables.