Pantalón negro corto y camiseta negra manga corta hidrófuga, por encima un cortaviento. El iPhone conectado a las zapatillas Nike+ para que me mida la distancia recorrida. Son las 12:30 a.m. Corro por el carril bici, al trote, con la mente casi en blanco. Me falta una cinta tricolor en el pelo de un palmo de ancho para parecer salido de un video clip de los 80.
De pronto, empiezo a oír una respiración agitada. Primero en la espalda, luego en la nuca, después en mi oreja y finalmente delante de mi.
Falda corta de cuadros, camisa blanca y jersey de pico amarillo, por encima una chaqueta de cuero. Cinco bolsas del Carrefour, tres en una mano y dos en la otra y un bolso grande de plástico. Zapato de tacón mediano. Muy bajita, le calculo entre cincuenta y cincuenta y cinco años. Me ha pasado como si fuera Usain Bolt. Que máquina! me saca 20 metros en cinco segundos. Intuyo, que corre así porque no llega al autobús. Me siento diminuto. Las primeras preguntas que acierto a hacerme son:
“¿Es posible que sea mas rápida que yo? ¿Debería apretar el ritmo y pasarle? ¿Si me ve alguien picado con esta señora… me grabará en video y lo subirá a Youtube?
Las segundas son más sanas:
“¿Por qué corro yo? y ¿por qué corre ella? ¿Qué le motiva para ir tan rápido? y ¿qué es lo que me motiva a mi?”
Entender bien la razón que te mueve a hacer algo y la intensidad de la misma, te da cierta perspectiva del futuro que te espera. Hay otros factores que influyen, es verdad. En el caso de esta señora por ejemplo: la velocidad del autobús o la capacidad aeróbica real que tenga para resistir ese ritmo. Pero por encima de eso, no hay duda. La mujer: o corre o no hay viaje. Desde luego haciendo como yo, solo estas manteniéndote. En una hipotética situación en la que esa señora y yo buscáramos lo mismo, esta claro quién conseguiría su objetivo y quién no o, al menos, quién lo alcanzaría antes, ¿verdad?
Acelero el ritmo. Me pongo a su lado y me mira con cara no entender nada.
– Déme las bolsas y se las llevo hasta la parada, así va mas rápido.
– Déme las bolsas y se las llevo hasta la parada, así va mas rápido.
- Arf, arf, borhascerrfalta, arf, borshefmofleste, arf, arf, – contesta sin aliento.
- Arf, arf, borhascerrfalta, arf, borshefmofleste, arf, arf, – contesta sin aliento.
- Démelas, venga.
- Démelas, venga.
Otro “arf” y me las da. Salimos pitando, uno detrás del otro. Yo voy delante y ella a rebufo, jadeando, pero a buen ritmo. Vaya escena. La gente nos mira, sonríe y nos señala. Un guardia jurado sale de su caseta y nos aplaude como si fuera un espectador de las olimpiadas. Miro hacia atrás y veo el autobús a lo lejos, acercándose. No me preocupa, ahora el que tiene una motivación soy yo y esta señora, se sube el autobús aunque lo tenga que parar en marcha. Ese es el otro gran efecto de alguien con un objetivo, que te da una oportunidad de hacerlo tuyo.
Las compañías empiezan de mil formas diferentes, y acaban igualmente de otras mil. El caso es que he empezado unas cuantas y puedo decir que en mi vida hay algunas, muy pocas, que nacen con algo especial que las hacen únicas, lleguen donde lleguen. El alma de un proyecto a veces no se reconoce a simple vista, es entonces cuando se trata de medir la intensidad y el valor de tu motivación o la del emprendedor que lo lidera. Dejadme que os cuente otra historia pero ahora menos metafórica.
Diciembre 2004. Según me vio entrar me examinó a la velocidad del rayo y como gran depredador de la venta que es, me midió y me caló con absoluta precisión. Entre para comprarme unas ataduras y salí con un pantalón, una cazadora, unas botas, guantes, gafas, casco, tabla nueva y por supuesto… las ataduras. Una fuerza de la naturaleza, de esas que reconoces según la ves. “Este tío es un crack”- me dije. Guarde mi pensamiento y me fui a surfear.Lo pase bien ese día, y eso me hizo volver allí una vez y otra vez, hasta hacer de esa tienda casi una segunda casa. Mía, de mi familia y de nuestro grupo de amigos. José y yo nos fuimos conociendo poco a poco, siempre sonriendo, siempre trabajando, siempre dando el 150%.Enero 2007. Una tarde después de esquiar, compartiendo una cerveza me dijo:- David, he tenido un sueño y quiero contártelo.-Cuéntamelo- conteste.Hablamos mucho rato ese día y sobre todo, nos reímos mucho. Su tienda no iba bien, aquel fue posiblemente uno de los peores años de la estación y se juntó con el principio de la crisis financiera que nos azota desde entonces. Me convenció, como tantas otras veces, con su espíritu, con su lógica y con sus ganas.Tres meses después salía para China con los diseños y patrones de nuestra marca de ropa interior, para buscar las fábricas que se encargaran de llevar a cabo sus ideas.Octubre 2008 5:00 a.m. Suena el Skype. es José desde Shangai.- David , salgo para España en unas horas, tengo apendicitis, y no me quiero operar aquí. Tengo cuarenta de fiebre y estoy muerto de dolor.José lleva dos años a un ritmo de locos. No duerme, solo trabaja. Ha visitado mas de cuatrocientas fábricas. Una a una. No sabe inglés, se expresa con ellos como puede. Los vuelve locos, no les deja pasar una. Vamos al límite porque el presupuesto es escaso y los sueños de José muy grandes.- Esas gomas no valen, hay que hacerlas de nuevo.- Ese estampado no es bueno, hay que repetirlo- Ese no es el patrón exacto…..Ya sabéisUna vez, otra vez, otra vez. Es imparable. Los fabricantes chinos le odian y le quieren. Vive con ellos. Les levanta y les acuesta. Cientos de taxis, trenes y aviones… Llevo veinte años haciendo negocios y lo juro: nunca vi nada igual.Noviembre 2008. Solo un mes después José está de vuelta en China. Aun no se ha recuperado de la operación y ya esta dándoles caña con el molde del packaging. Ninguna concesión. Todo: de 10!. En España, tremenda crisis. Ningún apoyo bancario, Asturgar nos llama especuladores, ¡viva el apoyo a los emprendedores! José me repite. “No sufras David: o gano o gano.” No doy crédito.Marzo 2009. 2:00 a.m. Shangai. José y yo llevamos dos horas hablando en la calle a la entrada del hotel. Risas y sueños compartidos. Está que se sale. Mañana se va a Hong Kong y estamos repasando planes. No para de viajar. Conoce ya China como yo mi barrio de Madrid.Estamos fabricando 168.000 prendas: tangas, culottes calzoncillos calcetines, todas las tallas, copas etc. treinta diseños… un chifle, mucho para nosotros pero demasiado poco para los fabricantes. En China están quemados, José se libra por poco, lo quieren hacer Chop-Suey. De Shanghai a Guangzhou, de Guangzhou a Nanning, de Nanning a Xiamen y así miles de kilómetros cada semana porque en cada sitio nos hacen una cosa. Las gomas las cosen en una ciudad, la ropa de chico la cortan en otra, la tela de chica se tiñe en otra y el pakaging se fabrica en otra. Hay que vigilar, cada uno de los pasos. Y así mes tras mes tras mes con un nudo en el estomago de comer arroz picante en cada reunión de negocios. El infierno. Es el Indiana Jones de la ropa interior.Hoy. Se acerca el momento. Después de tantas penalidades se acerca el día. Los vendedores ya están con lo muestrarios y catálogos presentándose en las tiendas. Pronto los productos estarán servidos y la primera parte del ciclo estará terminada. Ahora a vender. Se podrá mejorar seguro, pero no se podrá superar la dedicación y la pelea. Del “David, tengo un sueño que contarte” al “Aquí lo tienes socio”.Ultima hora. Me acaba de llamar José hace cinco minutos. Problemon en el banco. Movida grave, faltan aun capítulos para que esto acabe bien. Nunca se sabe si llegas o no. Como dice el Maestro Yan: “Nada es sencillo” Blog sobre Ajedrez
Diciembre 2004. Según me vio entrar me examinó a la velocidad del rayo y como gran depredador de la venta que es, me midió y me caló con absoluta precisión. Entre para comprarme unas ataduras y salí con un pantalón, una cazadora, unas botas, guantes, gafas, casco, tabla nueva y por supuesto… las ataduras. Una fuerza de la naturaleza, de esas que reconoces según la ves. “Este tío es un crack”- me dije. Guarde mi pensamiento y me fui a surfear.
Enero 2007. Una tarde después de esquiar, compartiendo una cerveza me dijo:
- David, he tenido un sueño y quiero contártelo.
-Cuéntamelo- conteste.
Octubre 2008 5:00 a.m. Suena el Skype. es José desde Shangai.
- David , salgo para España en unas horas, tengo apendicitis, y no me quiero operar aquí. Tengo cuarenta de fiebre y estoy muerto de dolor.
- Esas gomas no valen, hay que hacerlas de nuevo.
- Ese estampado no es bueno, hay que repetirlo
- Ese no es el patrón exacto…..Ya sabéis
Noviembre 2008
“No sufras David: o gano o gano.
Marzo 2009. 2:00 a.m. Shangai
Hoy.
“David, tengo un sueño que contarte”
“Aquí lo tienes socio”.
Ultima hora
“Nada es sencillo”
He tenido mucha suerte. En mi corta vida empresarial encontré mi camino un par de veces y a alguien que me ayudó con las bolsas. La de José no es mi carrera, no es ni siquiera la compañía a la que dedico mas tiempo, no persigo ese autobús. Me arrastró su motivación, porque sin duda la intensidad de soñar con algo de manera tan fuerte es un imán muy grande. Me arrastró como esa señora (que llegó al autobús por cierto). A veces soy yo el que tira, a veces es otro. Está en nuestra mano, cada vez que empezamos algo, “corremos” o “corremos de verdad”. A veces, que algo funcione o no, depende solo de ese matiz.
Foto: Aarmono. cc. TY
Foto:
Correr o Correr de verdad
Pantalón negro corto y camiseta negra manga corta hidrófuga, por encima un cortaviento. El iPhone conectado a las zapatillas Nike+ para que me mida la distan
comodibujar
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2025-01-08
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