007, licencia para cocinar. El fotógrafo Henry Hargreaves y la estilista de comida (sí, eso existe) Charlotte Omnès se han aliado para crear un suculento proyecto en internet: preparar y fotografiar los platos de comida que aparecen en los libros y películas de James Bond. Ahora sus imágenes nos permiten movernos por los ambientes lujosos y exclusivos por los que acostumbra a desenvolverse el prestigioso espía del servicio secreto británico.
Henry explica a Cooking Ideas que se unió a Charlotte, con quien ya había trabajado en otras ocasiones, después de que ella le explicara “cuánto deseaba realizar algo como esto”. “Era un proyecto divertido para nosotros”, recuerda, ya que los dos son fans de James Bond. Ante tanta motivación, solo era cuestión de ponerse manos a la obra.
Eso fue hace más de año y medio. Durante los últimos 12 meses, Henry y Charlotte han fotografiado los más diversos platos del universo Bond, James Bond. Cada vez que se juntaban preparaban varias comidas. El proceso no ha sido nada fácil: “Queríamos platos muy diferentes”. “Queríamos mostrar los diferentes lugares, localizaciones, escenarios” en los que se ambientan los libros y las películas. Una vez elegidos los platos, discutían cómo representarlos visualmente, sobre todo para que resultaran atractivos a sus seguidores en internet.
Además de cocinar el plato, debían pensar en todo el atrezo que debía rodear a la comida. James Bond suele pasear por lugares únicos reservados para los de clase alta, así que no esperemos decorados cochambrosos y sí mucha ostentación y colores vivos. Eso sí, las comidas pasan desde la alta cocina a un rudimentario pollo frito. Solo hay un plato por novela homenajeada, así que el proceso de selección no fue un camino de rosas.
El proyecto es un homenaje a James Bond, pero también a su creador, el escritor británico Ian Fleming. Además, el proyecto es un reflejo curioso de cómo algunas comidas eran consideradas como muy sofisticadas en los años 50 (cuando las novelas fueron escritas), y ahora parecen de lo más normales.
Un ejemplo: ‘Diamantes para la eternidad’, la cuarta de las novelas que Ian Fleming escribió sobre James Bond y que se llevó a la gran pantalla con Sean Connery como protagonista. Estamos en el Nueva York de 1956 y el agente 007 se encuentra en el restaurante Sardi’s de Nueva York conversando con un exagente de la CIA, Felix Leiter. Sobre la mesa, unos cócteles: “un Martini seco con un trozo de limón”. Leiter se ha arriesgado y ha pedido salmón ahumado. Además, unos ricos filetes de carne “asados y luego hervidos”, con guarnición de espárragos. Parecen muy deliciosos, ¿no? El aspecto del plato recreado décadas más tarde no decepciona.
Otros platos son más mundanos y comparten espacio con la quintaesencia de la comida más pija. Es el caso del homenaje a ‘Vive y deja morir’. De Ma Frazen’s, un restaurante situado en el neoyorquino barrio de Harlem, Fleming alaba “el pollo frito de Maryland con bacon y maíz dulce”, que comparte carta con unas vistosas almejas. Una mezcla extraña y, quizás, demasiado yanqui para un británico de los pies a la cabeza como Bond. Pero comida para espías, al fin y al cabo.
En otros casos, lo más sencillo del mundo se convierte en algo exquisito a través de esta recreación de platos literarios. Es el caso de unos melocotones con jamón que aparecen en ‘Desde Rusia con amor’. Quizá cuando leyeras la novela no repararas en ellos, pero ahora Charlotte y Henry han querido rendirles un homenaje escogiendo unos lustrosos ejemplares de melocotón muy bien envueltos en finas lonchas del manjar porcino. Trucos de los Sims 4
La sofisticación no termina: un vaso de ‘bourbon’ se convierte en un acompañamiento único en la imagen de unos huevos benedictinos que, en ‘El hombre de la pistola de oro’, el sibarita Bond pide al servicio de habitaciones de un hotel. Según el relato de Fleming, “estaban buenos”, y viendo las fotos queda demostrado que Henry y Charlotte han sabido captarlo a la perfección.
Henry, que confiesa que su adaptación cinematográfica favorita de James Bond es ‘Casino Royale’ (novela homenajeada en esta serie con un tournedó con salsa de champiñones) explica que le gustaría ver estas imágenes en un libro: “Tenemos a una pocas personas con las que estamos hablando sobre esto”. Mientras tanto, tendremos que conformarnos con admirarlas desde una pantalla. Quién sabe si pronto estaremos contemplando en papel y a todo color la misma comida con la que se deleita nuestro espía favorito y que hará que deseemos hincarle el diente, literalmente, a un libro.
un tournedó con salsa de champiñones
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Imágenes cortesía de Henry Hargreaves.
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2025-01-16
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