Charrán ártico, el viajero más frecuente

 

 

 

Charrán ártico sobre lecho de viajero frecuente.

Charrán ártico sobre lecho de viajero frecuente.

Jim Morehouse, un consultor residente en Chicago, acumula en su tarjeta de viajero frecuente de American Airlines algo más de 10 millones de millas (unos 16 millones de kilómetros), resultado de los más de 100 vuelos anuales (dos semanales) que ha cogido de media en los últimos 30 años, desde que la compañía puso en marcha su programa de fidelización de clientes. Morehouse es el Ryan Bingham de la vida real, el personaje que interpreta George Clooney en “Up in the air”, según le retrata el periódico Sun Times.

 

Sun Times

El charrán ártico (sterna paradisaea) no sabe de tarjetas de viajero frecuente pero poco tiene que envidiar a Morehouse (si es que hay algo envidiable en tomar dos aviones semanales): a lo largo de los 30 años que dura su vida el charrán habrá completado 2,4 millones de kilómetros en sus larguísimas peregrinaciones entre el Ártico y las costas de África y Sudamérica, donde acuden para dar esquinazo al invierno septentrional. La distancia que recorre el charrán bastaría para ir de la Tierra a la Luna tres veces (que es la medida utilizada en estos casos).

harrán ártico

sterna paradisaea

medida

El volador humano más frecuente (exceptuando tripulación de cabina) aventaja al pájaro más volador en una proporción de 6 a 1 pero juega con una notable ventaja: a la evolución biológica que ha permitido a este caballero andar erguido, reclinarse en una butaca de Primera Clase (privilegios del frequent flyer obligan) o saber cómo comprar sus billetes, hacer las maletas y guiarse en el aeropuerto, hay que añadir la evolución cultural de la especie: la acumulación virtuosa de conocimientos que permite la maravilla de que una nave de 200 toneladas se eleve del suelo y sobrevuele océanos para llegar (la mayor parte de las veces) felizmente a su destino. Significado de los nombres

frequent flyer

En el caso del charrán, como en el del resto de los animales, no hay tal cosa como acumulación cultural: el hijo del charrán hará exactamente el mismo recorrido que hizo su padre y que a su vez hijo el tatarabuelo de éste. Todos los charranes que ha habido y habrá cumplen el programa dictado por sus genes: buscar pareja y criar en Groenlandia en primavera, volar al sur en invierno. Lo único que modificará sus hábitos será adaptarse a los cambios del entorno, por ejemplo al trasiego de aviones en los que viaja Morehouse entre otros muchos ejemplares de la especie humana. O el deshielo en Groenlandia provocado por las muchas toneladas de gases de efecto invernadero que el señor Morehouse y sus compañeros de vuelo expelen (expelemos) a la atmósfera cada vez que toman un avión.

La pista me la dio NYT.

NYT

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Charrán ártico, el viajero más frecuente

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2024-12-07

 

Charrán ártico, el viajero más frecuente
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