Blue Gene Watson, potencia masiva para competir con humanos
Durante años la ciencia ficción nos ha mostrado ordenadores capaces de dialogar de tú a tú con los seres humanos, o cuando menos de entender órdenes expresadas en lenguaje natural, desde el ordenador de a bordo de las naves Enterprise de Star Trek hasta el de Juegos de guerra, pasando por el de la base lunar Alpha de Espacio 1999.
Pero a pesar de todos los esfuerzos de los que trabajan en el campo de la inteligencia artificial ese tipo de capacidades dista aún mucho de convertirse en una realidad, a pesar de lo mucho que se está hablando estos días de Watson, un superordenador desarrollado por IBM en la categoría de las máquinas para contestar preguntas basado en la serie BlueGene/L, que pretende ser un paso adelante en este campo.
De hecho, en IBM están tan convencidos de haber hecho enormes avances con Watson que se está preparando la emisión de un programa de Jeopardy! en el que dos humanos se enfrentarán con él para ver quien gana.
La complicación de Jeopardy! para un ordenador es que el formato del concurso consiste en que a partir de una pista en forma de respuesta los concursantes tienen que formular la pregunta correspondiente, lo que en principio es exactamente lo contrario de aquello en lo que los ordenadores son más o menos buenos, que es en ofrecer respuestas a partir de preguntas.
Y aún en este último caso no es tanto que nos ofrezcan las respuestas sino que a menudo, como en el caso de Google, lo que hacen es indicarnos una página web o un documento en el que puede estar la respuesta basándose en las palabras clave que hayamos escrito en la pregunta.
Además, en el caso de Jeopardy! a menudo las pistas no están formuladas directamente sino mediante juegos de palabras y asociaciones implícitas, algo que los ordenadores no están preparados para entender.
Sin embargo, en el caso de Watson lo que han hecho los responsables del proyecto es cargar su memoria con decenas de millones de documentos de todo tipo como libros, diccionarios, tesauros, folksonomías, taxonomías, etc, y hacer un análisis estadístico de todas ellas para ver qué palabras suelen aparecer asociadas con qué otras con más frecuencia, un método muy similar, por cierto, al que está usando Google para su servicio de traducciones.
Teniendo estos resultados en cuenta, a la hora de procesar la pregunta Watson hace uso además de sus múltiples procesadores y velocidad de proceso para aplicarle en paralelo más de cien algoritmos para analizar la pregunta de distintas formas.Te recomendamos Estufa de pellets
Esto genera cientos de posibles soluciones, que pueden coincidir o no, por lo que otro conjunto de algoritmos se encargan a su vez de clasificar esas respuestas en función de lo plausibles que parezcan, de tal forma que si varios algoritmos que analizan la pregunta con distintos enfoques llegan a la misma respuesta, esta es considerada como más probable.
En este sentido, Watson trabaja de una forma similar a la que los científicos creen que funciona nuestro cerebro, atacando los problemas de distintas formas en paralelo aunque no seamos conscientes de cómo lo hace.
Este método probabilístico obviamente puede fallar, y Watson no siempre pilla las implicaciones en las preguntas, en ocasiones dando respuestas erróneas.
Para ello el equipo del proyecto está trabajando continuamente en ajustar los algoritmos que buscan la pregunta, aunque es un trabajo cada vez más complicado, pues si bien al principio estas mejoras o la introducción de nuevos algoritmos podían suponer fácilmente una mejora de un 10 ó 15 por ciento para Watson, ahora conseguir medio punto de mejora ya se considera un avance.
Tal y como está ahora Watson se clasificaría entre los mejores jugadores de Jeopardy! de la historia, y aunque aún hay humanos que lo superan, en una reciente serie de seis partidas de prueba fue capaz de vencer en cuatro de ellas.
La ventaja de Watson, de todos modos, en opinión de Bob Harris, un pentacampeón del concurso, no está sólo en su capacidad de proceso, sino que también juega un papel muy importante su ausencia de emociones.
Para Watson todas las preguntas valen lo mismo, sea cual sea la cantidad de dólares en la que esté valorada, y cuando falla una pregunta no se queda fastidiado por un turno o dos, algo que para sus oponentes humanos es muy difícil, sino imposible de controlar.
En cualquier caso, y por muy espectacular que pueda ser ver en acción a Watson frente a competidores humanos, no se puede decir que esté respondiendo a las preguntas, al menos no con conocimiento de causa, lo que no quita que una versión de Watson cargada con información acerca de un tema determinado no pudiera ser tremendamente útil como apoyo para expertos en ese campo.
Por ahora, no es más que un método de fuerza bruta aplicado para intentar dar una apariencia de inteligencia gracias a sus 40.960 procesadores y más de 10 GB de memoria RAM, que colocan a Blue Gene Watson como el 25º ordenador más rápido del mundo, dejándolo ligeramente fuera del alcance del bolsillo del común de los mortales y de la inmensa mayoría de las empresas, ya que el precio para la configuración más básica de un ordenador de esta gama empieza en el millón de dólares, aunque los resultados ciertamente son espectaculares.
Pero hasta que sepamos lo que es realmente la inteligencia y cómo funciona esta va a ser más bien complicado llegar a emularla algún día.
Blue gene watson, emulando la inteligencia mediante la fuerza bruta
Durante años la ciencia ficción nos ha mostrado ordenadores capaces de dialogar de tú a tú con los seres humanos, o cuando menos de entender órdenes expre
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2025-01-13

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