Desde una perspectiva ecológica, el CO2 es un subproducto de nuestra vida, ya sea directa o indirectamente. Como buen subproducto, tiene un precio. Y ese precio es el que nos está llevando a la extinción.
Ya lo decía Al Gore: el calentamiento global ha sido impulsado por el capitalismo y ahora estamos tratando de resolver el calentamiento global a través del capitalismo. ¿Es posible? ¿Hay que salvar el planeta por el bien del planeta, o por el bien de nuestro dinero?
La respuesta la tiene ATREEM, en inglés, “automated tree-rental for emission encaging machine”, o lo que es lo mismo, “árbol que limpia tu conciencia de CO2 a golpe de tarjeta”
“automated tree-rental for emission encaging machine”
El ATREEM, del hindú Nitipak Samsenk, pretende criticar este sistema de comercio de dióxido de carbono mientras muestra a la sociedad en lo que nos hemos convertido. Se trata de un contador o taxímetro de CO2, que viene acoplado a un árbol cultivado en un vivero por una compañía que comercia con gas carbónico. Esta compañía luego lo planta en un espacio urbano para que actúe como un nuevo sumidero de CO2 en nombre del cliente, que lo alquila.
El contador digital lleva una cinta métrica con el fin de calcular el crecimiento del árbol y el CO2 que absorbe en ese tiempo. La verdadera utilidad del ATREEM es que su interfaz de usuario cuantifica visiblemente el CO2 intangible, en términos de gramos y tiempo que necesita un árbol para compensar esa cantidad.
Por ejemplo: en 10 minutos de viaje en metro emitimos 350 gramos de CO2. Según el taxímetro ecológico, al árbol le lleva 2 días y 10 horas compensarlo; ése es el tiempo pues que deberíamos alquilar el árbol para quedarnos en paz con el planeta. De esta manera también el usuario puede visualizar mejor y adaptar sus actos en términos más realistas.
Al principio, con el árbol joven, el saldo siempre sale negativo para el cliente; pero cuando el árbol está crecidito, el saldo se dispara en positivo, lo que alegrará al usuario y a nuestra atmósfera. Por que no hay nada más gratificante para el ser humano que salir de los números rojos con paciencia.…
Y lo mejor: no hace falta alquilar el árbol siempre, pues el ATREEM admite tarjetas de crédito para que cualquiera pueda purgar su contaminación a golpe de plástico bancario. Gracias a una hendidura en un lateral, uno puede usar el sistema como el que paga la OTA de aparcamiento, generando dinero para plantar más árboles mientras deja su conciencia limpia como una patena.
Nitipak Samsenk, aunque lleva un año perfeccionando su artefacto, acaba de presentar el ATREEM en el DesingTide de Tokio, con gran éxito de crítica y público.
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2025-01-20
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